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China y EE.UU. acuerdan tregua comercial de 90 días: implicaciones globales y oportunidades para México

China y EE.UU. reducen aranceles por 90 días, pero la incertidumbre persiste. México, con el respaldo del T-MEC, se consolida como destino confiable para la manufactura global.

Ginebra, 13 de mayo de 2025 — En un giro inesperado hacia la relajación del entorno económico global, Estados Unidos y China han acordado reducir temporalmente sus aranceles recíprocos por un periodo de 90 días, con el objetivo de reanudar negociaciones profundas que permitan construir un acuerdo más amplio y sostenible.

A partir del 14 de mayo, los productos chinos importados a EE.UU. pagarán un arancel del 30% (frente a niveles acumulados de hasta 145%), mientras que los productos estadounidenses que ingresen a China enfrentarán una tarifa del 10% (comparados con un 125% previo). La medida representa una drástica disminución del 115% en los aranceles mutuos y busca frenar el estancamiento comercial entre las dos mayores economías del mundo.

La noticia generó reacciones inmediatas en los mercados: la Bolsa de Hong Kong subió más del 3%, y el dólar se fortaleció frente al yen y el euro. Las reuniones, celebradas en Ginebra con representación de alto nivel de ambos gobiernos, fueron descritas como "francas, profundas y sustanciales" por He Lifeng, vice primer ministro de China.

Impacto en productos clave y sectores industriales

Esta tregua alivia temporalmente la presión sobre cadenas de suministro internacionales en sectores como manufactura, bienes de consumo, electrónica, semiconductores y productos agrícolas. Sin embargo, la reducción no implica un retorno a la normalidad: el arancel del 30% sigue siendo una carga significativa que influye en decisiones de inversión, producción y reubicación de plantas.

La industria automotriz no está exenta del impacto. Aunque no se detallaron productos específicos, el histórico peso de los vehículos, autopartes y materiales industriales en el comercio bilateral sugiere que parte de estas tarifas continuarán impactando los costos y flujos logísticos en ambas regiones.

Comparativo con el contexto del T-MEC y la posición de México

Mientras tanto, México mantiene su ventaja estratégica a través del T-MEC. Como lo ha destacado recientemente el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, México no enfrenta aranceles recíprocos ni cuotas restrictivas como las impuestas a otros países. Además, los vehículos ensamblados en México, con un alto porcentaje de contenido regional, podrían beneficiarse de descuentos automotrices en EE.UU. bajo el nuevo sistema anunciado, que premia la integración norteamericana.

En contraste con China, Reino Unido y otros socios comerciales, México opera dentro de un marco comercial estable, con reglas claras y preferenciales para su acceso al mercado estadounidense. Esto ha convertido al país en una plataforma clave para la relocalización industrial (friendshoring) en América del Norte.

Una pausa, no una resolución

Aunque la reducción arancelaria entre China y EE.UU. es un paso positivo, se trata de una tregua limitada. Las causas estructurales de la guerra comercial persisten, y el acuerdo sólo proporciona una ventana de tres meses para definir términos más amplios. En contraste, México ofrece a las empresas una posición confiable a largo plazo, con una red robusta de tratados y costos competitivos en manufactura.

Con una transición global hacia cadenas de suministro más resilientes, México sigue consolidándose como una de las principales alternativas para empresas que buscan mitigar riesgos, reducir costos y acceder a un mercado regional robusto sin la volatilidad política y arancelaria que aún pesa sobre otros actores clave del comercio global.

Redacción y análisis: Adrián Martínez, editor de Cluster Industrial.

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