Washington, Estados Unidos, 26 de septiembre de 2025.- El presidente Donald Trump anunció el jueves una nueva ronda de aranceles, imponiendo un gravamen del 25%, a partir del 1 de octubre, a las importaciones de camiones pesados, con el objetivo de proteger a los fabricantes estadounidenses de la “competencia externa injusta”.
“Para proteger a nuestros grandes fabricantes de camiones pesados de la competencia externa desleal, a partir del 1 de octubre de 2025, impondré un arancel del 25 % a todos los camiones pesados (¡grandes!) fabricados en otras partes del mundo”, afirmó Trump a través de redes sociales.
Añadió que empresas como Peterbilt, Kenworth, Freightliner y Mack Trucks “estarán protegidos de la avalancha de interrupciones externas” y que la medida fortalecerá la situación financiera de los camioneros, “por muchas razones, pero sobre todo, por motivos de seguridad nacional”.
La decisión ha generado preocupación entre fabricantes y analistas. La Cámara de Comercio de Estados Unidos instó al gobierno a no imponer los aranceles, señalando que México, Canadá, Japón, Alemania y Finlandia “son aliados o socios cercanos” y no representan amenaza para la seguridad nacional.
La asociación de la industria automotriz alemana calificó la medida de “incomprensible” y advirtió que los aranceles no solo aumentarían los costos y debilitarían las cadenas de suministro, sino que también afectarían la inversión y el empleo en Estados Unidos.
Esta preocupación se acentúa considerando que México es el principal exportador de camiones medianos y pesados a Estados Unidos, albergando 14 fabricantes y ensambladores de autobuses, camiones y tractocamiones, así como dos fabricantes de motores, y produciendo 95 % de los tractocamiones que llegan al mercado estadounidense.
En este contexto, Citi estimó que un arancel del 25 % sobre los camiones ensamblados en México podría impactar entre 818 y 934 millones de dólares en las ganancias de Daimler Truck, aunque parte de esta pérdida podría compensarse con aumentos de precios.
Empresas como Stellantis, con su producción de camiones Ram y furgonetas comerciales en México, y Volvo Group, que construye una fábrica de 700 millones de dólares en Monterrey, podrían verse afectadas.
Analistas señalan que no está claro si los aranceles afectarán a las plantas mexicanas que cumplen con el T-MEC ni cómo se combinarían con aranceles por país, aunque algunos acuerdos previenen la acumulación de gravámenes. La industria observa con cautela el impacto económico y la posible alteración de las cadenas de suministro entre Estados Unidos y sus socios.
Con información de Reuters