Ciudad de México, 10 de septiembre de 2025. – El gobierno de México anunció un aumento de aranceles a las importaciones provenientes de países asiáticos, con un incremento de hasta 50% en el caso de los automóviles de origen chino y de otras naciones con las que no existen acuerdos comerciales.
La Secretaría de Economía informó que la medida forma parte de una reforma amplia que abarca sectores como el textil, el acero y el automotriz, y que impactará un total de 52,000 millones de dólares en importaciones. Según el documento oficial, se busca salvaguardar 325,000 empleos industriales y manufactureros que enfrentaban riesgos ante la competencia externa.

Actualmente, los automóviles chinos pagaban un arancel del 20%, que será elevado al nivel máximo permitido por la Organización Mundial del Comercio. “Sin cierto nivel de protección, prácticamente no se puede competir”, declaró el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, al justificar la medida que, aseguró, responde al ingreso de autos al mercado mexicano “por debajo de los precios de referencia”.
Además de los vehículos, el plan contempla un arancel del 35% al acero, motocicletas y juguetes, mientras que los textiles tendrán gravámenes que oscilarán entre el 10% y el 50%. El gobierno prevé recaudar 3,760 millones de dólares adicionales el próximo año a través de estas medidas.
China reaccionó con firmeza. Su cancillería expresó oposición a lo que calificó como coerción bajo “diversos pretextos” y advirtió que salvaguardará sus derechos e intereses. “Esperamos que México colabore en la recuperación económica mundial y el desarrollo comercial”, señaló el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lin Jian.

De acuerdo con analistas, la reforma arancelaria se da en un contexto de presión estadounidense para limitar los vínculos de América Latina con China. “Estados Unidos no va a permitir que China utilice a México como una puerta trasera”, dijo Mariana Campero, del Programa de las Américas del CSIS, recordando que el déficit comercial de México con China alcanzó los 120,000 millones de dólares en 2024.
Para Gabriela Siller, analista de Banco BASE, los nuevos gravámenes tienen un doble propósito: generar ingresos fiscales y atender las demandas de Washington. En el mismo sentido, John Price, director de Americas Market Intelligence, señaló que México busca apaciguar a Estados Unidos mientras protege su política industrial, que ha sostenido al sector por tres décadas.

El plan todavía debe ser aprobado por el Congreso, donde el gobierno cuenta con mayoría significativa. En paralelo, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) será objeto de revisión el próximo año, lo que añade presión a la relación comercial en la región.
Con información de Reuters


