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Estados Unidos impone arancel del 25% a vehículos pesados: México entre los afectados

Estados Unidos aplicó un arancel de 25% a camiones y 10% a autobuses importados. México, que exporta más del 90% de su producción a ese mercado, enfrenta mayores costos y presión competitiva, pese a cumplir reglas del T-MEC.

Ciudad de México, 3 de noviembre de 2025.- El nuevo arancel de 25% a camiones y 10% a autobuses impuestos por Estados Unidos a partir del 1 de noviembre marca un cambio significativo en la dinámica comercial de América del Norte. México, principal proveedor de vehículos pesados para el mercado estadounidense, enfrenta ahora una presión directa sobre su competitividad, costos de exportación y márgenes de producción, pese a las medidas preferenciales del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Entre enero y julio de 2025, el valor total de las importaciones estadounidenses de camiones, autobuses y vehículos especiales ascendió a 32 mil 410 millones de dólares, de los cuales cerca del 80% correspondió a unidades fabricadas en México. El nuevo gravamen altera de forma sustancial el flujo comercial, especialmente en el segmento de camiones medianos, producidos en su mayoría por armadoras como Ford, General Motors y Stellantis en territorio mexicano. En contraste, los camiones pesados, cuyo ensamblaje se concentra en plantas estadounidenses, enfrentarán un impacto más moderado.

Aunque la proclamación presidencial contempla descuentos arancelarios para las armadoras que cumplan con el T-MEC, los camiones que no cumplan cabalmente con las reglas de origen deberán pagar el impuesto sobre el contenido no estadounidense. Las piezas y componentes que cumplan con los requisitos del acuerdo estarán exentas, al menos, hasta la implementación de un nuevo sistema de control. Sin embargo, los autobuses quedan fuera de estos beneficios y deberán asumir el impuesto del 10%, lo que encarece su precio final y reduce su competitividad frente a otros mercados.

Washington también otorgó una extensión de descuentos arancelarios a fabricantes nacionales hasta 2030 y creó una excepción para empresas que ensamblen motores dentro de su territorio, buscando amortiguar los efectos del cambio en su industria interna. Aun con estas excepciones, la medida impacta directamente a México, que destina más del 90% de su producción de camiones al mercado estadounidense y figura como el cuarto exportador mundial de vehículos de carga y pasaje.

De acuerdo con la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), el sector mexicano cumple con la regla de origen del 64% en valor de contenido regional, con un 45% correspondiente al costo laboral y 70% al acero y aluminio. Aun así, se estima que el nuevo esquema llevará a que el arancel promedio aplicable a las exportaciones mexicanas ronde el 11%, incrementando el costo de cada unidad en miles de dólares. La Asociación de Camiones de Estados Unidos advirtió previamente que un impuesto de este tipo podría elevar el precio de un nuevo tractor hasta en 35 mil dólares, encareciendo el transporte y, en consecuencia, los costos logísticos en toda la región.

Desde la perspectiva de la ANPACT, todas las empresas exportadoras mexicanas cumplen con los lineamientos del T-MEC. Su presidente, Rogelio Arzate, ha enfatizado que ningún tractocamión fabricado en México incumple las reglas de origen, y que las armadoras no solicitaron regímenes de transición. Asimismo, recordó el compromiso de la industria de elevar el contenido regional al 70% para 2027, en línea con los objetivos pactados en el acuerdo trilateral.

La ANPACT ha reiterado que el fortalecimiento del contenido regional y la coordinación entre los tres países son esenciales para evitar disrupciones mayores. Mientras tanto, las plantas mexicanas enfrentan el reto inmediato de absorber parte del impacto económico o trasladarlo al consumidor final, en un entorno donde la rentabilidad de cada unidad exportada se ve reducida por el nuevo arancel del 25%.

Las empresas con mayor exposición a los nuevos aranceles son Freightliner Daimler y Navistar International, cuyos modelos de exportación se basan principalmente en el envío de camiones de las clases 3 a 8 a Estados Unidos. Estos segmentos, junto con sus componentes relacionados, quedaron incluidos en la lista de productos sujetos al impuesto del 25%, lo que podría forzar una revisión de los esquemas de ensamblaje y suministro de piezas.

La entrada en vigor del nuevo arancel consolida un escenario de incertidumbre para la industria mexicana de vehículos pesados. Aunque las disposiciones del T-MEC ofrecen cierto margen de protección, la medida estadounidense deja en evidencia la vulnerabilidad de una cadena productiva que depende en gran medida del comercio transfronterizo.

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