Tokio, Japón | 09 de junio de 2025 (con información de Reuters).- El proveedor automotriz Marelli Corporation —una firma japonesa bajo propiedad de la firma estadounidense de capital privado KKR— se encuentra considerando acogerse al Capítulo 11 de bancarrota en Estados Unidos, según reportó la agencia japonesa Kyodo citando fuentes cercanas replicadas por Reuters. La medida se contemplaría como una vía para garantizar la continuidad de sus operaciones en caso de que las actuales negociaciones de reestructuración con acreedores no prosperen.
Marelli es un actor clave en la cadena de suministro global, con clientes como Nissan y Stellantis, y ocupa actualmente el lugar número 23 en el ranking global de proveedores según Automotive News. La empresa ha estado bajo presión desde la pandemia de COVID-19, la caída en ventas de Nissan y el reto de consolidar dos compañías previamente en problemas financieros: Calsonic Kansei (adquirida a Nissan) y Magneti Marelli (adquirida a Fiat Chrysler en 2019).
Reestructuración en marcha e interés de Motherson Group
Aunque Marelli declinó comentar sobre "rumores de mercado", en un comunicado enviado a Reuters aseguró estar en pláticas activas con prestamistas para obtener financiamiento adicional que le permita cubrir un déficit temporal de capital de trabajo. La compañía subrayó que continúa operando con normalidad y que confía en llegar a un acuerdo que garantice la continuidad de sus soluciones tecnológicas para clientes OEM.
Por otra parte, el conglomerado indio Motherson Group —el mayor proveedor automotriz de la India y 14º a nivel global— ha lanzado una oferta de compra por Marelli. Según el diario japonés Nikkei, la propuesta fue presentada a los acreedores el pasado 26 de mayo, aunque estos se mantienen divididos sobre la viabilidad del plan. De concretarse, la adquisición podría catapultar a Motherson al top 10 de proveedores globales.
Este movimiento representaría un hito estratégico para India en el mapa global de la manufactura automotriz, mientras que, para KKR, marcaría el posible cierre de una apuesta compleja por integrar y transformar dos exfiliales de gigantes automotrices japoneses e italianos.