Ciudad de México a 15 de septiembre de 2025.– CIAL Dun & Bradstreet, empresa líder en soluciones y análisis avanzado de datos, presenta la información más relevante sobre las dinámicas económicas de México y la región, en una nueva edición de su monitor económico CIAL Insights.
La inflación en México se mantuvo bajo control en agosto, al ubicarse en 3.57% anual, mientras que la subyacente se situó en 4.23%, lo que permite proyectar un cierre de año cercano al 4.0%. En este contexto, se prevé que la tasa de interés del Banco de México continúe bajando hasta 7.25% hacia finales de 2025.
La industria automotriz mostró resiliencia, ya que, aunque la producción de vehículos ligeros cayó 0.8% en agosto, en el acumulado de enero a agosto registró un avance de 0.5%, con exportaciones que crecieron 1.4% en el mismo mes.
En el frente fiscal, el Gobierno ajustó su previsión de crecimiento del PIB para 2025 a 1.0%, frente al 2.5% inicialmente proyectado, mientras que el sector privado estima 0.4% y el Banco de México 0.6%. Para 2026, se anticipa un déficit fiscal equivalente al 3.6% del PIB y una deuda pública cercana al 53%, su nivel más alto desde 1987.
En el ámbito internacional, el déficit comercial de Estados Unidos alcanzó en julio los USD 1.35 billones, lo que representa USD 145 mil millones más que en 2024. México se consolidó como su principal socio comercial, al acumular un déficit bilateral de USD 188 mil millones, absorbiendo parte del comercio que EE. UU. ha reducido con China.
Por otro lado, el peso mexicano continuó fortaleciéndose y cerró el 12 de septiembre en 18.48 MXN/USD, su nivel más bajo en más de un año y con una apreciación de 11.1% en lo que va de 2025. Al mismo tiempo, el déficit comercial de México se redujo de USD 18,541 millones en 2024 a 4,989 millones en julio de 2025, lo que refleja un mejor desempeño en las exportaciones, que crecieron 4.4% anual, frente a un avance más moderado de 0.6% en las importaciones.
Estos datos reflejan un entorno económico mixto: por un lado, la inflación controlada, la fortaleza del peso y la resiliencia en las exportaciones ofrecen estabilidad; por otro, el bajo crecimiento esperado y el aumento de la deuda pública muestran vulnerabilidades que podrían limitar la capacidad de inversión y consumo.