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10 predicciones sobre la cadena de suministro automotriz de Norteamérica en 2026

En 2026, la cadena de suministro automotriz de Norteamérica enfrentará una etapa crítica: revisión del T-MEC, nuevos aranceles, tensiones globales y desafíos logísticos. Estas 10 predicciones exploran tendencias clave en inversión, talento, sostenibilidad e infraestructura.

CDMX, 17 de diciembre de 2025.- El 2025 fue un año más de “aprender a vivir” con disrupciones (aranceles, ajustes de demanda, política industrial), incluso después de la pandemia y la crisis de semiconductores, entre tantas otras "calamidades" que el mundo ha atravesado desde 2020... ¿Cómo pinta el 2026? Como el año en que la cadena automotriz tendrá que tomar postura: qué regionaliza, qué mantiene global, qué sustituye… y qué simplemente encarece o desaparece.

Para dimensionar el punto de partida: en México, de enero a noviembre de 2025 se produjeron 3,709,533 vehículos ligeros (-1.5% anual) y se exportaron 3,160,741 (-1.6%); Estados Unidos fue destino de 78.6% de las exportaciones. Además, México pronostica un crecimiento del PIB en apenas +0.3% para el cierre de 2025, y un +1.6% en 2026. La inflación podría cerrar en 4.2% y bajar a 2.6% en 2026. En inversiones totales en el país, aunque se han sumado 42 mil MDD en 2025, este resultado fue -6.9% menor que el año anterior, y en 2026 podría finalmente crecer un +3.8%.

Con esto en mente, te presentamos a continuación, las 10 predicciones clave que definirán el desempeño de OEMs, proveedores y operadores logísticos en el próximo año, con base en datos y tendencias observadas en la región.


1) El T-MEC deja de ser “marco” y se vuelve la “variable crítica”

La revisión del T-MEC en 2026 ya se siente como un examen donde todos estudian… y nadie está seguro de qué preguntas vienen. En México, las consultas públicas cerraron en noviembre de 2025, precisamente para construir la postura negociadora de cara a julio de 2026. (El País)

Y hay un tema que atraviesa todo: las reglas de origen y su escalamiento. En vehículos pesados, por ejemplo, la ruta ya está trazada: el contenido regional subió a 64% y debe llegar a 70% en 2027; la industria advierte que mover esas metas “en pleno partido” no es viable porque los componentes cruzan frontera múltiples veces antes del ensamble final. (Reuters). En cuanto a vehículos ligeros, el 75% de VCR actual es aún inalcanzable para varias plantas armadoras, por lo que endurecerlo o elevarlo a un 80% podría representar el mayor reto para la localización de proveeduría o en su defecto, el desarrollo de la existente para las capacidades que escasean.

Predicción: En 2026, el T-MEC será el “termómetro” que condicione las inversiones, homologaciones y estrategias de sourcing. Si el mensaje es “más regional y más verificable”, la cadena acelerará su localización; si se vuelve una negociación ruidosa y ventajosa para algunas partes, es posible que veamos una pausa y reenfoque en las condiciones indispensables del tratado (no en lo ideal). Y si te preguntas si deberíamos predecir cuál será el resultado de la negociación, más que predicción, la esperanza es que el T-MEC se mantenga con ajustes menores y beneficio equitativo para sus partes.


2) Aranceles de México a Asia: el shock que reordena listas de materiales

El cambio arancelario mexicano (aprobado en diciembre de 2025) es grande por su alcance y por lo que revela: se ajustan alrededor de 1,400 fracciones y se fijan cuotas de 5% a 50% desde el inicio de 2026, con impactos en sectores donde la automotriz es protagonista (autos, autopartes, acero, plásticos).

Incluso el desglose legislativo deja claro el foco industrial: en un paquete de 1,463 fracciones, 141 corresponden a autopartes.
Y no es un ajuste menor: se describe como un movimiento para fortalecer la capacidad productiva y el empleo, y también como una señal en el tablero Norteamérica-China previo a la revisión del T-MEC. Casi como si México le dijera al EE.UU. de Trump: "podemos jugar el mismo juego contra el mismo adversario".

Predicción: en 2026 habrá una ola de reingeniería de proveeduría asiática (y de costos) en empresas de nivel Tier 1/Tier 2: donde existan equivalentes regionales, se acelerará su sustitución; donde no existan, veremos “cost absorption” temporal, rediseño de especificaciones y presión para que nuevos jugadores produzcan localmente (incluyendo asiáticos que decidan fabricar en México para mantener competitividad, por lo que sí, la inversión China seguirá presente).


3) EE. UU. seguirá usando aranceles como palanca de política industrial (y México lo resentirá)

En octubre de 2025, EE. UU. anunció un arancel de 25% a camiones medianos y pesados importados, efectivo desde 1 de noviembre, con México como principal exportador. Bajo USMCA, esos vehículos habían fluido libres de arancel si cumplían 64% de contenido regional, lo que muestra cómo la política comercial puede reconfigurar costos aun dentro de una región integrada.

En paralelo, el embate arancelario mexicano a Asia se leyó explícitamente como parte de un ambiente de presión de EE. UU. para reducir vínculos con China antes de 2026.
Y el propio proceso legislativo en México estuvo marcado por urgencia política (“aprobación antes del 15 de diciembre”) y por advertencias de la industria sobre costos y acceso a componentes.

Predicción: 2026 será un año donde compras, logística y finanzas operen con mentalidad “tariff-aware”: usando contratos con cláusulas de ajuste, dual sourcing y decisiones de manufactura pensando no solo en la eficiencia… sino en el riesgo regulatorio asociado.


4) Electrificación: Norteamérica entra a 2026 con frenos (no con turbo)

Los datos recientes son difíciles de ignorar. En noviembre de 2025, los registros de ventas de EV en Norteamérica cayeron 42% a poco más de 100,000 unidades, tras otra caída similar en octubre, asociada al fin de los créditos fiscales para electromovilidad en EE. UU.; y el acumulado del año iba en un -1%.

S&P Global Mobility también reflejó el ajuste: proyectó que en noviembre de 2025 la participación BEV sería de 5.3%, y anticipó una caída relevante para el 4T25 y 1S26 conforme a los indicadores del mercado y cómo los fabricantes se adaptan al escenario post-incentivos.

Predicción: en 2026, la cadena de suministro ligada a BEV (vehículos eléctricos de baterías) seguirá, pero con un enfoque más selectivo: menos “capacidad por si acaso para llenar inventarios” y más proyectos que amarren la demanda real (plataformas ganadoras, flotas comerciales y nichos rentables).


5) El híbrido se vuelve el plan pragmático (y eso cambia el mapa de autopartes)

Cuando vemos que el segmento BEV se enfría, la industria no se queda quieta: se reacomoda. El propio análisis de S&P habla de un mercado que está “ajustándose” a menores volúmenes BEV y a condiciones de accesibilidad económica de los mismos que siguen pesando en el consumidor.

Eso empuja una realidad muy concreta y retadora para la cadena: más híbridos = más complejidad, porque no se sustituye un tren motriz por otro, se combinan. El resultado típico es más demanda de electrónica de potencia, arneses, sistemas térmicos, transmisiones específicas y validaciones adicionales, justo cuando Norteamérica pide más resiliencia. De hecho, ya pudimos observar esta tendencia en las inversiones registradas durante el 2025.

Predicción: 2026 será el año en que muchos programas se “aterricen” a vehículos híbridos como solución puente; y la cadena que gane no será la que prometa, sino la que pueda cumplir con la capacidad y entregas consistentes en componentes mecatrónicos y eléctricos.


6) Los OEM van a comprar con bisturí: menos apuestas, más rentabilidad

La demanda en EE. UU. no está en modo euforia: S&P Global Mobility proyectó 1.26 millones de ventas de vehículos ligeros en noviembre 2025 (con un anual de 15.5M), es decir una caída de -8% vs noviembre 2024. Ese tipo de ritmo cambia el humor interno de las armadoras estadounidenses: les hace tener una planeación más conservadora, mayor control de inventarios y ponerle la lupa a los costos.

Del lado industrial, Deloitte capturó el ambiente: 78% de manufactureros encuestados por NAM en 3T25 dijeron que la incertidumbre comercial es su mayor preocupación y esperan que los costos de insumos suban en promedio 5.4% el siguiente año.

Predicción: en 2026 veremos un procuramiento más duro por parte de las armadoras: consolidación de proveedores, renegociaciones, y presión por productividad/automatización. Habrá oportunidades, sí, pero para proveedores que demuestren TCO (Costo Total de Propiedad), calidad y robustez financiera—no solo precio unitario.


7) Nearshoring: se acelera el “sí, pero…” (capacidades reales y Tier 2/3)

México sigue siendo eslabón en la columna vertebral automotriz, pero la relocalización no se decreta: se construye con capacidades. La INA reportó que la producción de autopartes en México acumuló US$78,830 millones (ene–ago 2025), y que México mantuvo 43.37% de participación como proveedor de autopartes al mercado importador de EE. UU.

Al mismo tiempo, la conversación de fondo ya no es solo “trae más plantas a como de lugar”, sino “sube el nivel del ecosistema industrial de la región”: el énfasis de INA en acelerar el desarrollo de proveedores Tier 2/Tier 3 y fortalecer capacidades en software y electrónica queda demostrado en su reciente iniciativa presentada durante el CIIAM.

Predicción: 2026 será el año donde el nearshoring se mida en integración real: certificaciones, electrónica, cumplimiento y talento. Los proyectos que no encuentren base de suministro local suficiente empujarán a dos caminos: inversión directa en proveedores… o importación más cara y más riesgosa.


8) Talento especializado: la cadena de suministro no se mueve sin gente capacitada

Una cadena de suministro resiliente no se construye solo con tecnología o infraestructura: se construye con capital humano preparado. Expertos de OEMs, proveedores y gobierno han subrayado que la electromovilidad, la digitalización y la integración regional requieren capacitación técnica y actualización continua de la fuerza laboral. La Secretaría de Economía y clústeres identificaron explícitamente la necesidad de certificación y formación técnica para cerrar brechas en proveedores locales y encadenar a PyMEs con los estándares globales.

Esto no es menor: mientras México disputa contenido local, la industria automotriz global enfrenta escasez de perfiles técnicos capaces de operar sistemas avanzados de manufactura, electrónica y logística inteligente —una tendencia reportada en análisis sectoriales recientes.

Predicción: En 2026, veremos un enfoque estructurado en talento automotriz como parte de la estrategia de la cadena de suministro: desde programas formales de capacitación para técnicos especializados hasta alianzas público‑privadas para actualizar competencias en análisis de datos, automatización y manufactura avanzada. La competitividad de proveedores (especialmente Tier 2/Tier 3) dependerá tanto de tecnología como de capital humano capacitado.


9) Sostenibilidad gana peso: de “nice to have” a criterio de selección de proveedores

La sostenibilidad en logística ya no es solo una etiqueta; está emergiendo como requisito competitivo real en la cadena automotriz. Conceptos de logística verde —optimización de rutas, reducción de emisiones y embalajes que minimicen impactos ambientales— están siendo adoptados por grandes players globales para reducir huella de carbono y cumplir normativas ambientales crecientes.

Además, acciones concretas de transporte sostenible han sido reconocidas en índices como el Dow Jones Sustainability North America Index, donde operadores logísticos —por ejemplo, redes intermodales que combinan tren y carretera para reducir emisiones— ya están siendo valorados.

Predicción: Para 2026, los criterios de sostenibilidad (emisiones, eficiencia energética, reutilización de materiales) serán parte de cláusulas contractuales con proveedores y de selección de rutas logísticas. Las compañías que demuestren métricas ESG claras ganarán prioridad en adjudicación de contratos y participación en cadenas de suministro regionales.


10) Infraestructura logística clave enfrenta disrupciones y exige modernización

La infraestructura logística —puertos, carreteras, cruces fronterizos y sistemas intermodales— es el “esqueleto” de la cadena automotriz. Pero en un entorno de altos aranceles, volatilidad comercial y nearshoring acelerado, las disrupciones se amplifican si la infraestructura no responde con agilidad.

Diversos informes del sector logístico señalan que la resiliencia operativa depende de digitalización, talento capacitado y capacidad de reacción ante eventos imprevistos; y que, si bien México ha avanzado como nodo estratégico para nearshoring, los operadores logísticos están bajo presión para implementar sistemas más robustos de gestión de riesgos y continuidad operativa.

Además, desde los líderes de red logística global hasta foros de la industria automotriz se ha destacado la importancia de optimizar redes y capacidades físicas para sostener volúmenes crecientes de flujos de insumos, piezas y vehículos, ante tensiones comerciales y variaciones de demanda. Si quieres ser parte de foros como estos en logística automotriz, no te puedes perder Road 2 Logistics 2026, en el mes de junio, ¡Regístrate!.

Predicción: En 2026, la disrupción logística se medirá en segundos y no en días, y las empresas que inviertan en infraestructura física y digital (puertos inteligentes, gestión avanzada de inventarios, modelos de red redundantes aplicados a rutas) no solo sobrevivirán, sino que capturarán participación. Los nodos logísticos que no modernicen enfrentarán cuellos de botella —especialmente en puertos clave y cruces fronterizos con alta carga automotriz— con impacto directo en capacidad de entrega y costos.


Fuentes: Cluster Industrial, CIAL Insights, El País, Reuters, Deloitte, S&P Global, AMIA, INA, México Evalúa, Puerto Interior (Guanajuato), entre otras.

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