Estocolmo / Ridgeville, EE.UU. | 23 de septiembre de 2025.– En medio de un entorno comercial cada vez más desafiante, Volvo Cars anunció que comenzará la producción de un nuevo modelo híbrido en Estados Unidos hacia finales de esta década, como parte de su estrategia para fortalecer su presencia local y hacer frente a las políticas arancelarias impulsadas por el presidente Donald Trump.
La armadora sueca —propiedad del grupo chino Geely desde 2010— reveló que el modelo será diseñado específicamente para el mercado estadounidense y se fabricará en su planta de Ridgeville, Carolina del Sur, donde actualmente produce los SUV eléctricos EX90 y Polestar 3. No obstante, ambos modelos ocupan apenas una pequeña fracción de la capacidad instalada de 150,000 unidades anuales de dicha planta.
Un nuevo capítulo en la estrategia de localización de Volvo
El presidente de Volvo Cars en América, Luis Rezende, indicó que la compañía también comenzará la producción de su SUV híbrido enchufable XC60 a partir de finales de 2026, en el mismo complejo. La empresa aspira a aumentar progresivamente la producción local de componentes, como parte de su objetivo de elevar el nivel de integración nacional.
“Si queremos permanecer en el mercado estadounidense, debemos incrementar drásticamente la localización de nuestros productos”, declaró Rezende. “La industria ya va en esa dirección, y nosotros haremos lo mismo, porque simplemente no funciona seguir abasteciéndose desde distintos continentes.”
Volvo señaló que actualmente produce 22,000 unidades del modelo XC90 en Carolina del Sur, de las cuales aproximadamente la mitad se destina a exportación. Esto deja aún una amplia capacidad subutilizada en la planta, que podría aprovecharse con el nuevo híbrido y la XC60.
De líder en electrificación a estrategia híbrida
La decisión coincide con el 70º aniversario de la marca Volvo en Estados Unidos. Aunque la empresa había anunciado previamente su intención de eliminar gradualmente todos los modelos no eléctricos para 2030, el contexto actual ha llevado a revalorar el papel de los híbridos dentro de su portafolio.
“Al agregar un nuevo modelo a nuestra producción local, damos un gran paso para aprovechar plenamente la inversión en manufactura y en nuestra fuerza laboral estadounidense”, comentó Rezende.
El impacto de las políticas arancelarias
Un acuerdo comercial entre EE.UU. y la Unión Europea, anunciado en agosto, busca reducir los aranceles sobre autos europeos de 27.5% a 15%. Sin embargo, aún no ha entrado en vigor, lo que mantiene presión sobre marcas que exportan desde Suecia y otros países de la UE.
Volvo ha sido una de las pocas marcas con raíces chinas que han logrado mantener su presencia en el mercado estadounidense, en parte gracias a sus operaciones locales. Esto contrasta con las restricciones aplicadas durante el gobierno de Biden, que impuso un arancel del 100% a vehículos importados directamente desde China.
“Es justo admitir que los aranceles han acelerado este proceso. Pero no son el único factor”, señaló Hakan Samuelsson, CEO de Volvo Cars.
En contraste, otras automotrices han reducido o cancelado proyectos de electrificación en EE.UU.: Mercedes-Benz detuvo la producción de sus modelos eléctricos EQE y EQS en Alabama, Honda canceló su SUV eléctrico en Ohio, y Ford abandonó un proyecto para producir una SUV eléctrica de tres filas en agosto.
Fuentes: Reuters, The Capital.