Alemania, 23 de septiembre de 2025.- Volkswagen redujo sus pronósticos para 2025 ante el impacto de las depreciaciones y costos derivados de la nueva estrategia de Porsche, que decidió extender la vida de sus motores de combustión y frenar parte de sus planes de electrificación. El grupo alemán ahora espera una rentabilidad operativa sobre facturación de entre 2 y 3%, frente al 4-5% previsto, y anticipa que su división automovilística no generará flujo de caja neto este año, cuando antes calculaba entre 1,000 y 3,000 millones de euros. También recortó su proyección de liquidez neta a 30,000 millones de euros, desde el rango de 31,000 a 33,000 millones, aunque mantiene su estimación de facturación para 2025.
Porsche, que lidera Oliver Blume —también CEO de Volkswagen—, prevé este año un margen de beneficio sobre ventas de apenas 2% (antes 5-7%), con un coste de 1,800 millones de euros en el ejercicio actual por depreciaciones y provisiones. Su rentabilidad a medio plazo para 2026-2030 se ajusta a un rango de 10-15%, por debajo del 15-17% anterior. El abandono de proyectos de electrificación, incluida la cancelación de un SUV totalmente eléctrico que ahora se ofrecerá con versiones de combustión e híbridas, provocará un lastre de 5,100 millones de euros en el resultado operativo de Volkswagen.
Las bolsas reaccionaron con fuertes caídas: Porsche se desplomó 7,2% y Volkswagen 6,6% en Fráncfort. Analistas de RBC y Citi advierten de presiones a corto plazo y cuestionan la capacidad de Porsche para competir en el segmento eléctrico de lujo. El giro se da en un contexto de crisis del automóvil alemán, golpeado por aranceles de Estados Unidos y caídas de beneficios en Mercedes (–57%), BMW (–29%) y Volkswagen (–37%) en el primer semestre, así como por la ralentización en la demanda de eléctricos y crecientes voces que piden revisar la prohibición europea de vender autos de combustión a partir de 2035.