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Perspectivas futuras en baterías para la electromovilidad: hacia una industria más sostenible

La movilidad eléctrica avanza con fuerza. Expertos de S&P Global Mobility destacaron que las nuevas tecnologías en baterías y el crecimiento de los vehículos eléctricos están transformando la industria automotriz y acelerando la transición energética mundial.

Ciudad de México, 12 de noviembre de 2025.– Durante Industrial Tranformation Mexico 2025, se celebró la conferencia “Perspectivas actuales y futuras en baterías para la electromovilidad”, donde Hugo Cruz, analista senior en S&P Global Mobility, presentó un panorama sobre la evolución tecnológica de las baterías, los tipos de vehículos eléctricos que dominarán el mercado y los retos que enfrenta la cadena global de suministro de materiales críticos como el litio, el níquel y el cobalto.

En su explicación, Cruz señaló que las baterías han evolucionado para ofrecer más capacidad energética con menos celdas. Puso como ejemplo los primeros modelos de Tesla, que utilizaban más de 7,000 celdas para lograr una capacidad de 84 kilovatios hora (kWh). Hoy, la densidad energética permite alcanzar la misma capacidad con menos de la mitad de las celdas, reduciendo peso y complejidad. Actualmente, un paquete completo de batería pesa en promedio 5 kilogramos por cada kWh de capacidad.

De acuerdo con las proyecciones de S&P Global Mobility, en 2024 se fabricaron 89.6 millones de vehículos ligeros a nivel mundial, y se espera que la cifra aumente a 97 millones en 2031. De ese total, los vehículos eléctricos pasarán de 10 millones a 20 millones, mientras que los de combustión interna se reducirán de 60 a 30 millones en el mismo periodo. Los híbridos y modelos con sistemas duales de energía crecerán de 20 a 40 millones, mostrando una clara tendencia hacia la electrificación global.

El especialista comparó las preferencias de cada región: Norteamérica continúa apostando por vehículos grandes, con baterías promedio de 90 kWh; en Europa, el promedio se estabiliza en 70 kWh; China mantiene baterías más pequeñas, de 60 kWh, debido a la preferencia por autos compactos.

Respecto a los vehículos pesados —camiones, autobuses y tráileres—, se producen actualmente 3.3 millones de unidades al año, y aunque su número no crecerá significativamente, la electrificación sí. Para finales de la década, se espera que la mitad de ellos sea totalmente eléctrica, y una pequeña fracción utilice hidrógeno como fuente de energía.

Cruz explicó que la cadena de suministro de las baterías es compleja y geográficamente dispersa. El litio se extrae principalmente en Oceanía y Sudamérica, el cobalto proviene en su mayoría de la República Democrática del Congo, y el níquel se concentra en Indonesia y Filipinas. Sin embargo, China domina el refinado y la producción, controlando alrededor del 80% de la manufactura mundial de baterías.

A pesar de los retos logísticos y ambientales asociados a la extracción y refinamiento de estos materiales, el analista afirmó que la electrificación vehicular es irreversible. Subrayó que los fabricantes seguirán innovando para reducir costos y dependencia de materiales críticos, al tiempo que los gobiernos y empresas buscarán fortalecer la producción local y la sostenibilidad en toda la cadena de valor.

Para Cruz, la revolución de la electromovilidad no solo transformará la forma en que se fabrican los automóviles, sino también la manera en que se concibe la energía y el transporte a nivel global. “Estamos entrando en una etapa donde las baterías y la innovación definirán la competitividad de la industria automotriz”, concluyó.

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