Ciudad de México, 07 de mayo de 2025.- La guerra comercial impulsada desde Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump ha marcado profundamente el panorama económico global. Particularmente, las políticas arancelarias hacia México, China y otros socios estratégicos han generado escenarios complejos y cambiantes para las industrias involucradas, especialmente la automotriz.
En entrevista exclusiva de Cluster Industrial con el Dr. Eduardo Reyes Díaz Leal, experto en comercio internacional y socio fundador de GBI México, profundizamos sobre las implicaciones, retos y oportunidades derivadas de estas políticas.
Reyes explicó que la estrategia arancelaria estadounidense tiene dos objetivos claros: integrar productivamente sectores clave en Estados Unidos y asegurar que ciertas industrias permanezcan y se expandan, regresen o se creen en el territorio estadounidense. En este contexto, los aranceles no son simples herramientas comerciales, sino instrumentos geopolíticos que buscan redefinir el equilibrio económico mundial.
"Estados Unidos puede imponer estos aranceles porque posee una fortaleza innegable: su mercado interno", afirma Reyes, destacando que productos como el iPhone® o los automóviles encuentran su mayor mercado precisamente en ese país. Este fenómeno, que llama "democratización", obliga a otras economías a adaptarse rápidamente a estas políticas o arriesgarse a perder participación de mercado.
México ante la tormenta arancelaria
Una de las principales incertidumbres era el impacto que tendría un arancel general del 25% sobre las autopartes mexicanas. Sin embargo, recientes desarrollos han aliviado temporalmente esta presión. El 2 de mayo, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, confirmó que Estados Unidos mantendrá en cero los aranceles a las autopartes fabricadas en México, en línea con el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).
Marcelo Ebrard, secretario de Economía, explicó que esta decisión responde al cumplimiento estricto de las reglas de origen, que garantizan el trato preferencial para los productos regionales, una condición fundamental para mantener la estabilidad del sector automotriz en México. Sin embargo, recordó que otros sectores estratégicos como acero y aluminio aún enfrentan aranceles significativos, lo que sigue generando presiones económicas importantes.
El Dr. Reyes enfatizó en la importancia estratégica del cambio de enfoque hacia el "friendshoring", donde México y Estados Unidos pueden beneficiarse mutuamente alineando objetivos económicos, tecnológicos y productivos. Señaló que la cooperación efectiva en estas áreas podría convertir las medidas arancelarias, que parecen adversas en principio, en oportunidades de crecimiento económico y fortalecimiento industrial para México, pero sin duda esto no sucede por simple casualidad, sino que los empresarios y ejecutivos mexicanos deben hacer su parte.
Tecnología, gobernanza y futuro económico
El contexto internacional actual, definido por tensiones geopolíticas, guerras comerciales y transformaciones tecnológicas aceleradas, demanda una optimización urgente en procesos como logística, cumplimiento normativo y estrategias comerciales. Reyes destaca particularmente el papel que la inteligencia artificial (IA) y el Big Data deben jugar en estos ámbitos para mejorar la competitividad de México en medio de la incertidumbre comercial, pero también, la modificación en los modelos de consumo que está marcando la nueva generación (en expansión) de las personas nacidas posterior a 1990.
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"El futuro inmediato exige modelos de negocio basados en decisiones inteligentes y colaborativas", apunta Reyes. Según el experto, sectores como la automotriz deben aprovechar las nuevas tecnologías para adaptar rápidamente sus procesos logísticos y cumplir con estándares cada vez más estrictos impuestos por políticas arancelarias internacionales.
En resumen, aunque los aranceles son vistos inicialmente como un desafío, pueden convertirse en catalizadores de transformación productiva. Para México, aprovechar esta coyuntura significa profundizar su integración regional con Estados Unidos y Canadá bajo el paraguas del T-MEC, aumentar la competitividad mediante la innovación tecnológica y mejorar constantemente la logística y los procesos industriales.
Finalmente, Reyes afirma que aunque las políticas arancelarias seguirán siendo dinámicas e impredecibles, México cuenta con las herramientas necesarias para adaptarse, crecer y fortalecerse en este nuevo orden económico global.
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