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México busca endurecer aranceles: hasta 50% a importaciones de Asia

México, a través de la Cámara de Diputados, aprobó aranceles de hasta 50% a importaciones asiáticas, aunque aún falta la aprobación del Senado. La industria automotriz advierte riesgos por falta de componentes y distribuidores prevén menor competitividad y costos aún inciertos.

Imagen: Alexei Barroso

Ciudad de México, 10 de diciembre de 2025.- La decisión de la Cámara de Diputados de aprobar un incremento de aranceles de hasta 50% para miles de productos importados de China y otros países de Asia desató un intenso debate en México sobre los efectos que esta medida tendrá en la industria nacional, especialmente en el sector automotriz. La propuesta, impulsada por la Secretaría de Economía y respaldada por el Gobierno federal, deberá aún ser avalada por el Senado para entrar en vigor en 2026. Sin embargo, desde ahora ha generado una fuerte oposición por parte de empresarios, especialistas y representantes diplomáticos que advierten riesgos inmediatos para las cadenas de suministro y la actividad económica.

La iniciativa plantea elevar o crear nuevos aranceles, en su mayoría hasta 35%, que afectarían a autos, autopartes, textiles, ropa, plásticos, acero y diversas manufacturas provenientes de naciones asiáticas sin tratado comercial con México, incluyendo India, Corea del Sur, Tailandia e Indonesia. Aunque el Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum sostiene que el objetivo principal es fortalecer la producción nacional y corregir desequilibrios en la balanza comercial con China, el sector privado y varios analistas consideran que hay motivos adicionales detrás de la estrategia arancelaria. Entre ellos, destacan la intención de contribuir a apaciguar las exigencias de Estados Unidos de cara a la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), así como asegurar 3,760 millones de dólares adicionales en ingresos fiscales en 2026, en un momento en el que el país se ha comprometido a reducir su déficit público.

Presiones políticas, oposición empresarial y un dictamen más flexible

A pesar de que Morena y sus aliados cuentan con una amplia mayoría parlamentaria, la propuesta enfrentó dificultades para obtener apoyo suficiente en la Cámara Baja. El proyecto original incluso se estancó este otoño debido a la fuerte presión de China y de grupos empresariales que alertaron sobre los daños potenciales que estos aranceles ocasionarían a distintas industrias. La versión aprobada el miércoles es más flexible que la propuesta inicial, pero continúa abarcando alrededor de 1,400 fracciones arancelarias que afectan directamente a los sectores textil, de vestido, siderúrgico, plástico, calzado y automotriz.

El impacto en la industria automotriz mexicana preocupa especialmente debido a su tamaño e importancia estratégica. México es uno de los mayores productores de vehículos del mundo y depende de un flujo constante de autopartes y componentes electrónicos provenientes de Asia. De acuerdo con empresas ensambladoras, los aranceles propuestos podrían cortar el acceso a insumos esenciales, como las pantallas táctiles de los tableros digitales, que no se fabrican en el país. Los expertos advierten que interrumpir estas cadenas de suministro críticas podría afectar la producción, incrementar costos y, en última instancia, debilitar la competitividad internacional de la industria automotriz mexicana.

La revisión del T-MEC prevista para el próximo año añade otro elemento de presión a esta discusión. México ya había incrementado aranceles a productos chinos a principios de este año, en una acción interpretada por muchos analistas como un gesto hacia Washington. Aun así, autoridades estadounidenses han reiterado su preocupación respecto al creciente flujo de productos asiáticos que ingresan a América del Norte a través de México, por lo que observan con atención las medidas arancelarias adoptadas por el país. Para los especialistas, esta coyuntura geopolítica influye de manera determinante en la política comercial mexicana.

Preocupación diplomática y advertencias del sector automotriz

Tras la aprobación de la iniciativa en la Cámara de Diputados, el embajador de China en México, Chen Daojiang, condenó la decisión al subrayar que estas medidas deben servir a los comerciantes en vez de perjudicarlos. “Los aranceles, así como otras regulaciones, han podido elevar costos, debilitar industrias y convertirse en obstáculos”, afirmó al recordar 70 años de experiencias en la materia. El diplomático insistió en que la cooperación entre ambos países puede ser beneficiosa y complementaria, pues hay empresas chinas capaces de contribuir al crecimiento, el avance y el fortalecimiento de compañías mexicanas. Según dijo, “el desarrollo industrial no solo beneficia a nuestras propias compañías, sino también a las industrias de ambos países”. Chen Daojiang agregó que a través del intercambio y el trabajo conjunto, ambas naciones podrían avanzar mucho más, por lo que llamó a buscar vías que faciliten el comercio en lugar de frenarlo.

A estas preocupaciones se sumó la vocal presidente de la Junta de Gobierno de China Chamber Mexico, Pola Grijalva, quien reiteró que los efectos arancelarios pueden generar impactos negativos en la economía. Su postura coincide con la percepción de diversos sectores industriales que prevén aumentos de costos y disrupciones logísticas. La política arancelaria, que establece impuestos de entre 10% y 50% a productos como automóviles, textiles, ropa, plásticos, acero y otras manufacturas, tiene como argumento central la protección de la industria nacional frente a lo que se califican como prácticas comerciales desleales. También busca disminuir la dependencia de proveedores asiáticos y fomentar la sustitución de importaciones, aunque este proceso podría tomar hasta dos años.

En la industria automotriz, una de las voces más relevantes en esta discusión es la de Guillermo Rosales, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA). Rosales advirtió que el incremento arancelario afectará la competitividad de diversas marcas, no solamente las chinas. Señaló que “la mayor parte de los vehículos que se comercializan en México provienen de países sin acuerdo de libre comercio. Habrá una disminución en su participación de mercado”. Agregó que aún no es posible saber qué porcentaje del nuevo costo será absorbido por los fabricantes y cuánto se trasladará al consumidor final, lo que genera incertidumbre para distribuidores, marcas y compradores.

El debate continuará ahora en el Senado, donde se definirá si esta política se convierte en ley. En medio de tensiones internacionales, presiones comerciales y señales de desaceleración económica, la discusión sobre los aranceles a productos asiáticos se ha convertido en uno de los temas más sensibles para el futuro de la industria automotriz mexicana y para la estabilidad de sus cadenas de suministro en 2026.

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