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Ford ajusta su estrategia de vehículos eléctricos ante baja demanda y cambios regulatorios

Ford dio marcha atrás a su estrategia de vehículos eléctricos, con un impacto de 19,500 MDD, al frenar proyectos, reconvertir plantas en EE. UU. hacia híbridos y gasolina y apostar por mayor rentabilidad ante menor demanda, altos costos y cambios regulatorios.

Ford Motor Company anunció un giro relevante en su estrategia de electrificación al dar marcha atrás en sus planes de desarrollo de vehículos eléctricos (VE), una decisión que tendrá un impacto contable de 19,500 millones de dólares, la mayor parte reconocida en los resultados del último trimestre del año. Como parte de este replanteamiento, la armadora transformará sus plantas de VE en Estados Unidos para fabricar vehículos híbridos y de gasolina.

La compañía informó que dejó de fabricar la pick-up eléctrica F-150 Lightning, uno de los modelos emblemáticos de su transición hacia la movilidad eléctrica, y canceló la producción prevista de una furgoneta eléctrica para el mercado europeo. De acuerdo con Ford, la reorientación responde a una demanda menor a la esperada, elevados costos de producción y cambios en el entorno regulatorio.

En un comunicado, la empresa explicó que ahora se enfoca en “oportunidades de mayor rentabilidad”, entre ellas el aprovechamiento de su base industrial en Estados Unidos para ampliar su portafolio de camiones y furgonetas, así como el lanzamiento de un nuevo negocio de almacenamiento de energía en baterías. Este nuevo negocio estará dirigido a clientes empresariales y utilizará la infraestructura y tecnología desarrolladas originalmente para la producción de baterías de vehículos eléctricos.

El contexto regulatorio en Estados Unidos también influyó en la decisión. Desde enero, la administración del presidente Donald Trump ha implementado políticas contrarias a los vehículos eléctricos, incluyendo la cancelación de los créditos fiscales que incentivaban su compra y modificaciones a los estándares de consumo de gasolina, con el respaldo de los fabricantes de automóviles, entre ellos Ford.

La automotriz señaló que este enfoque busca priorizar la asequibilidad, la variedad de opciones y la rentabilidad, con el objetivo de que Model e —la unidad dedicada al desarrollo y producción de vehículos eléctricos— alcance la rentabilidad en 2029. Esta división ha registrado pérdidas significativas desde que Ford separó sus operaciones en tres unidades: vehículos eléctricos, vehículos de combustión y vehículos comerciales.

Bajo el nuevo planteamiento, Ford prevé que para 2030 alrededor del 50% de su producción global corresponda a híbridos, vehículos eléctricos y eléctricos de autonomía extendida, es decir, modelos impulsados por motores eléctricos que incorporan un pequeño motor de combustión interna para generar electricidad cuando se agota la batería.

En el plano industrial, las plantas estadounidenses dedicadas actualmente a VE modificarán su producción. BlueOval City, en Tennessee, se enfocará en nuevas camionetas de gasolina, mientras que la planta de ensamblaje de Ohio fabricará furgonetas de gasolina e híbridas. Además, Ford ajustó sus previsiones financieras y ahora estima cerrar 2025 con una ganancia antes de intereses e impuestos (EBIT) de hasta 7,000 millones de dólares.

“Se trata de un giro impulsado por los clientes para crear una Ford más fuerte, más resiliente y más rentable”, afirmó Jim Farley, presidente y director general de la compañía.

En México, Ford no ha informado, por el momento, cambios en sus planes de producción. El Mustang Mach-E continúa fabricándose en la planta de Cuautitlán Izcalli, Estado de México, mientras que la Ford Maverick híbrida se produce en la planta de Estampado y Ensamble de Hermosillo, Sonora. Ambos modelos se exportan principalmente a Estados Unidos, por lo que su producción en el país podría mantenerse para atender la demanda de ese mercado.

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