El pasado webinar celebrado por Cluster Industrial titulado Estrategias nearshore: más agilidad, menos costo, impartido por Ricardo Medrano, CEO y cofundador de Inceptio, y Jonathan Mena, líder de desarrollo de negocios de la misma firma, presentó un panorama sobre las oportunidades que ofrece la relocalización de servicios tecnológicos y cómo este modelo se ha convertido en una alternativa estratégica frente a los desafíos actuales.
Desde el inicio, Medrano destacó que México posee ventajas únicas para capitalizar el fenómeno de la relocalización: cercanía con Estados Unidos, acceso a Canadá y una amplia red de acuerdos comerciales con diversas regiones del mundo. Sin embargo, subrayó que el verdadero diferenciador está en el talento técnico que se puede ofrecer desde el país. Este elemento, aseguró, resulta clave para enfrentar la creciente demanda de digitalización, automatización y seguridad de la información.
Uno de los puntos centrales de la exposición fue la identificación de una “segunda ola” de relocalización, prevista entre 2026 y 2027. De acuerdo con Medrano, este movimiento será impulsado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, así como por la presión de reducir la dependencia hacia Asia. En este escenario, México se perfila como un destino natural para la llegada de dinero extranjero, fortalecer cadenas regionales y expandir servicios de TI.
Durante la sesión se abordaron también las problemáticas más frecuentes que enfrentan las empresas en materia de digitalización. Mena señaló que aún existen casos de “falsa digitalización”, en los que los procesos dependen de herramientas básicas como hojas de cálculo o aplicaciones de mensajería. Esta situación, explicó, genera riesgos en cumplimiento, pérdida de información y cuellos de botella que limitan el crecimiento. Como ejemplo, mencionó la implementación de portales con inteligencia artificial para automatizar órdenes de compra, lo que permitió a ciertos clientes reducir la carga operativa y mejorar la trazabilidad.

Los ponentes describieron tres esquemas principales dentro del modelo nearshore: proyectos específicos de corta duración, aumento de personal especializado para operaciones continuas y soporte eventual en momentos de alta demanda. Estas modalidades permiten a las organizaciones ajustar sus recursos de manera flexible sin asumir los costos fijos asociados a la contratación directa. “Cualquier aumento de plantilla se convierte en un gasto permanente, mientras que un contrato nearshore permite negociar reducciones de forma más sencilla”, explicó Medrano.
La comparación con otros esquemas como el offshore y la contratación en sitio fue uno de los apartados más ilustrativos. Si bien el offshore ofrece costos bajos, los problemas de huso horario, idioma y diferencias culturales dificultan la comunicación y la supervisión. En contraste, el nearshore mantiene la compatibilidad horaria y cultural, facilitando la integración de equipos y reduciendo riesgos operativos. Frente a la contratación en sitio, el modelo presenta ventajas en términos de escalabilidad y flexibilidad contractual, especialmente al evitar gastos laborales fijos como prestaciones, finiquitos o sindicatos.
Además, los especialistas enfatizaron la importancia de perfiles altamente demandados en el mercado, como desarrolladores de software, expertos en ciberseguridad, ingenieros en IoT, especialistas en semiconductores y gestores de proyectos. Este último rol, según Mena, es a menudo subestimado, pero resulta determinante para evitar que iniciativas prometedoras fracasen por falta de organización.
Otro de los beneficios señalados del modelo nearshore es la rapidez en el arranque de operaciones. Mientras que un proceso tradicional de reclutamiento puede tardar entre 60 y 90 días, la contratación mediante este esquema reduce los tiempos gracias a un banco de talento previamente validado. Asimismo, la escalabilidad inmediata permite responder a variaciones en la demanda, ya sea para ampliar un equipo de forma temporal o reducirlo sin comprometer la continuidad operativa.
Finalmente, los expositores subrayaron que la clave para una relocalización exitosa radica en un diagnóstico inicial que considere la cultura organizacional, las necesidades técnicas y el perfil requerido. A partir de ello, se seleccionan candidatos validados y se conforman células de trabajo con seguimiento constante, reportes de desempeño y métricas claras. Este modelo, señalaron, ha demostrado su eficacia en empresas de distintos orígenes y culturas, siempre con el objetivo de incrementar la productividad y mantener la competitividad.
