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Aranceles del 25%: el golpe de Trump que sacude la cadena automotriz en Norteamérica

Las tensiones arancelarias que entraron en vigor este 4 de marzo dejan a la industria automotriz y manufacturera de Norteamérica en un escenario de alta volatilidad. Las repercusiones se extienden a lo largo de toda la cadena de suministro, amenazando la competitividad regional.

Imagen: Aracely Gómez.

CDMX, 4 de marzo de 2025.– La industria automotriz de Norteamérica enfrenta un nuevo desafío que amenaza con desequilibrar sus complejas cadenas de suministro de autopartes y la producción de vehículos ligeros y pesados. A partir de hoy, el presidente Donald Trump impuso aranceles del 25% a todas las importaciones provenientes de México y Canadá, así como un 20% a China. Estas medidas, parte de su agenda “Estados Unidos primero”, buscan impulsar la fabricación nacional pero podrían detonar una escalada de costos, represalias comerciales y cambios drásticos en la estrategia de las armadoras.


Una sacudida en la balanza comercial

La confirmación de los aranceles ha tenido consecuencias inmediatas en los mercados. En México, el principal índice bursátil (BMV) registró una caída de casi el 2% en la apertura de este martes, mientras que la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) advirtió que estas acciones “contradicen los principios del T-MEC” y “ocasionan incertidumbre en los sectores productivos”. De acuerdo con su comunicado, la imposición de los aranceles podría llevar a México a una recesión y presionar el tipo de cambio más allá de los 22 pesos por dólar.

Al otro lado de la frontera, Canadá, principal socio comercial de Estados Unidos junto con México, respondió a las medidas con la promesa de imponer aranceles del 25% sobre productos estadounidenses valorados en 107 mil millones de dólares. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, afirmó:

“Los canadienses somos razonables y educados, pero no nos echaremos atrás en una pelea”.

Mientras tanto, China anunció aranceles de entre el 10% y 15% a las importaciones de EE.UU., sumándose a la lista de represalias que complican aún más el panorama global.


Reacciones desde México: Sheinbaum alza la voz

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha sido enfática en su rechazo a los aranceles. En una serie de declaraciones este 4 de marzo, dejó claro su descontento y las posibles respuestas del gobierno mexicano:

  • “No hay motivo, razón o justificación” para que Trump aplique aranceles a México.
  • Calificó el comunicado de la Casa Blanca como “ofensivo, difamatorio y sin sustento sobre el gobierno de México”.
  • “Es tiempo de que cada país asuma sus responsabilidades, siempre buscaremos una decisión negociada, pero las decisiones de este afectan a empresas nacionales y extranjeras”.

Sheinbaum anunció que el próximo domingo 9 de marzo presentará medidas arancelarias y no arancelarias contra Estados Unidos, sin ofrecer aún detalles concretos. Además, subrayó que las acciones unilaterales de Washington podrían tener efectos negativos para ambos países.


La cadena automotriz, en el punto de mira

La industria automotriz se sostiene sobre un ecosistema de proveedores, armadoras y líneas de producción que, en el caso de México, se encuentran fuertemente integrados con Estados Unidos y Canadá. Según cifras del INEGI, en 2024 se produjeron más de 3.9 millones de vehículos en México, de los cuales casi el 70% se destinó al mercado estadounidense. Ahora, con aranceles del 25% a productos y autopartes, el golpe podría resentirse en toda la región.

  • Toyota y Ford exportan un 93% de su producción en México a los Estados Unidos. Serían los principales afectados y motivados a trasladar volumen de producción a EE.UU. Esto involucra a 4 plantas ensambladoras en EDOMEX, Baja California, Guanajuato y Sonora.
  • General Motors y Honda, exportan más de un 80% de su producción a Estados Unidos, y Stellantis exporta un 75%. La posición líder de los modelos de GM producidos en México les da cierto margen de protección ante una escalada de precios por aranceles, sin embargo podrían verse motivados a trasladar producción de sus plantas en Coahuila, Guanajuato y San Luis Potosí.
  • BMW, Audi y Mercedes Benz son las armadoras menos afectadas, pues mantienen estrategias de exportación más diversificadas y dirigidas al mercado europeo y global (menos del 40% de su producción va a EE.UU., 28% en el caso de Mercedes), lo que podría mitigar el impacto de los aranceles sumado su posición de segmento elevado por sus modelos premium con pocos competidores.
  • Nissan y KIA, envían cerca del 50% y 62%, respectivamente, de su producción a EE.UU. y mantienen un enfoque sólido en el mercado interno mexicano; aun así, la incertidumbre arancelaria genera riesgos a mediano plazo y a su vez, una oportunidad de reemplazar importaciones en México con capacidad instalada adicional.

Ante el alza de costos y la posible incertidumbre prolongada, algunos fabricantes de equipo original (OEM) analizan reubicar parte de su producción en Estados Unidos. Mary Barra, CEO de General Motors, y Makoto Uchida, CEO de Nissan, han reconocido que cuentan con capacidad para mover ciertas líneas de ensamblaje al territorio estadounidense, aunque ello requeriría inversiones millonarias, mano de obra especializada y el rediseño de la cadena de suministro, algo que toma en el mejor de los casos, de seis a ocho meses.

Los proveedores tampoco se salvan. El gigante francés Forvia anunció que trasladará los costos de los aranceles a sus clientes y proveedores, advirtiendo que la industria automotriz no puede absorber por sí sola un incremento de precios tan elevado. Esto se suma a la postura de Valeo, que sigue la misma lógica. Es de esperarse que la mayoría de los grandes proveedores Tier 1 tomen esta postura, creando tensiones grandes hacia sus proveedores Tier 2 y Tier 3, piezas de la cadena que son más vulnerables en México.


Efecto dominó en el mercado global

La escalada arancelaria no se limita a Norteamérica. El índice STOXX Europe 600 Automobiles and Parts registró una caída del 3.8%, reflejando el temor de los inversionistas ante la posible contracción de las exportaciones hacia EE.UU. Fabricantes como Volkswagen, Stellantis y BMW, con operaciones en México y fuerte presencia en Norteamérica, podrían ver afectadas sus ventas y márgenes de ganancia.

Además, el panorama de la demanda global no es optimista. Forvia estima que la producción mundial de automóviles rondará los 89.5 millones de vehículos en 2025, en medio de una desaceleración persistente en Europa y Norteamérica. El crecimiento se prevé en mercados emergentes como Sudamérica y China, aunque este último también se ve afectado por los nuevos aranceles del 20% que Washington impuso hoy.

Entre la respuesta de las cámaras y confederaciones empresariales mexicanas destaca la de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), que calificó la medida como un retroceso en la relación comercial y advirtió que el panorama “podría llevar a México a una recesión”. Insistió en la urgencia de emplear los mecanismos de solución de controversias del T-MEC y buscar la diversificación de mercados para reducir la dependencia del comercio con Estados Unidos.

“El impacto de esta medida será significativo. Se estima que la aplicación de estos aranceles podría llevar a México a una recesión, mientras que el tipo de cambio podría superar los 22 pesos por dólar, incrementando costos para las empresas y afectando el poder adquisitivo de las familias”,
señaló Coparmex en su comunicado.

El tablero es incierto; pero las piezas avanzan

Las tensiones arancelarias que entraron en vigor este 4 de marzo dejan a la industria automotriz y manufacturera de Norteamérica en un escenario de alta volatilidad. A solo un día de impuestos, el 5 de marzo, Donald Trump ha pausado hasta el 2 de abril los aranceles del 25% para vehículos producidos en México y Canadá que son exportados a Estados Unidos. Aunque, los objetivos de la Casa Blanca se mantienen claros, busca promover la fabricación interna y la inversión pero a cambio de repercusiones a lo largo de toda la cadena de suministro, amenazando empleos, inversiones y la competitividad regional.

México, con la presidenta Claudia Sheinbaum al frente, mantiene su postura de negociacón, en donde la respuesta oficial se tiene prevista para el próximo 9 de marzo. Entre tanto, fabricantes y proveedores aún analizan si es viable asumir los sobrecostos o reconfigurar sus operaciones en toda la región. El futuro de la cadena de suministro automotriz —y de la economía de Norteamérica— dependerá en gran medida de cómo se resuelva esta nueva etapa de tensiones comerciales que, por ahora, no muestra signos de apaciguarse.


Fuentes:

  • Reuters, Expansión, INEGI, Coparmex, Banco de México (Banxico), Conferencias de prensa de la presidencia de México, declaraciones de la Casa Blanca y del gobierno de Canadá, BMV, Grupo Financiero Monex.

Investigación y redacción:
Adrián Martínez, Líder de Contenidos de Cluster Industrial.

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