Beijing,
China, 8 de enero de 2025.- El Ministerio de Comercio de China ha propuesto
nuevas restricciones a la exportación de tecnologías clave para el
procesamiento de materiales esenciales como el litio y el galio, fundamentales
para las baterías de vehículos eléctricos. Estas medidas, diseñadas para
blindar el liderazgo de China en la transición hacia la electromovilidad,
podrían reconfigurar el panorama global.
Las
propuestas se publicaron el 2 de enero y estarán abiertas a comentarios
públicos hasta el 1 de febrero, según informó Reuters. Aunque no se ha especificado cuándo podrían
entrar en vigor, el momento de su anuncio parece deliberado, dado que coincide
con la próxima toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados
Unidos el 20 de enero de 2025. Este contexto geopolítico complejo amplifica
el impacto potencial de estas restricciones en las cadenas de suministro
globales.
China consolida su liderazgo en minerales
críticos
China
controla aproximadamente el 70% del procesamiento global de litio, una posición
que le permite influir significativamente en la cadena de suministro global de
baterías. Las
nuevas restricciones, que incluyen tecnologías de extracción y procesamiento,
podrían dificultar el acceso de fabricantes occidentales a herramientas
indispensables para producir componentes de baterías. Adam Webb, de Benchmark
Mineral Intelligence, señala que estas medidas podrían generar retos
significativos para productores en Estados Unidos y Europa, quienes dependen de
tecnologías chinas avanzadas.
Esta
estrategia también busca proteger a gigantes nacionales como CATL, BYD y
Gotion, quienes lideran el mercado global de baterías. Además, el dominio de
China también se extiende a materiales críticos como el galio y el antimonio,
esenciales en tecnologías de energías limpias y defensa. El control que
ejerce sobre estas cadenas de suministro le otorga una ventaja competitiva a
nivel global. Por ejemplo, el galio y el germanio son claves en semiconductores
y dispositivos electrónicos, sectores donde China también tiene una fuerte
presencia.
Mientras
tanto, otros países también enfrentan el dominio chino en minerales críticos.
Estados Unidos, ha intentado reducir su dependencia mediante la Ley de
Reducción de la Inflación de 2022, incentivando la producción local de
minerales. Sin embargo, desvincularse del sector chino es una tarea difícil,
ya que el país también lidera en tierras raras y otros materiales clave. Este
liderazgo se ha reforzado con la capacidad de China de ajustar su producción
para mantener bajos los precios globales, debilitando a competidores en
Canadá, Australia y Europa.
Impacto en Estados Unidos y Europa
El anuncio
de restricciones coincide con tensiones comerciales entre China y Estados
Unidos. La nueva administración estadounidense, encabezada por Donald Trump,
ha prometido aranceles del 100% a los vehículos importados de China,
intensificando la competencia. Esta medida busca fomentar la industria
automotriz nacional, pero también podría provocar un incremento en los precios
para los consumidores estadounidenses. En respuesta, China busca proteger su
cadena de suministro interna y mantener su cuota de mercado.
Los
productores occidentales también enfrentan presiones por los precios bajos
impuestos por las empresas chinas, que han provocado caídas de más del 80% en
el litio y 40% en materiales como níquel y cobalto. Esto ha llevado a recortes en la producción y
despidos en países como Canadá y Australia, debilitando su competitividad
frente a China. Empresas como MP Materials en Estados Unidos y Lynas Rare
Earths en Australia luchan por mantenerse en el mercado, mientras que sus
acciones han registrado caídas significativas.
En Europa,
la situación también es crítica. Aunque la Unión Europea introdujo aranceles
permanentes a los coches eléctricos chinos en noviembre de 2024, su efectividad
es limitada ante el stock acumulado por las marcas chinas. La dependencia
de tecnología y materiales procesados en China hace que el continente sea
vulnerable a las políticas asiáticas. Además, las restricciones tecnológicas
podrían agravar esta situación, afectando la capacidad de Europa para
desarrollar su industria de baterías y vehículos eléctricos. Mientras que
países como Alemania y Francia están evaluando políticas más agresivas para
fomentar la producción local y reducir la dependencia.
México: una oportunidad en la cadena de
suministro
En este
escenario, México podría posicionarse como un actor clave en la cadena de
suministro global de baterías. Con tratados comerciales como el T-MEC, el
país tiene acceso preferencial al mercado estadounidense, lo que podría
atraer inversiones en la producción de componentes para vehículos eléctricos. También,
una estrategia viable para México sería incentivar la explotación sostenible
de litio, especialmente en Sonora, donde se encuentran importantes
yacimientos. Sin embargo, la extracción debe ir acompañada de un plan integral
que considere el impacto ambiental y social. Al mismo tiempo, podría
desarrollarse una infraestructura para procesar estos minerales en el país,
reduciendo la dependencia de tecnología extranjera.
Adicionalmente,
el país podría promover alianzas público-privadas para desarrollar tecnologías
de procesamiento propias. Estas alianzas podrían involucrar a universidades y
centros de investigación que trabajen en innovaciones que mejoren la eficiencia
y sostenibilidad en la producción de baterías. Finalmente, México debe
enfocarse en atraer inversiones extranjeras directas de fabricantes que buscan
diversificar su cadena de suministro.
Las
restricciones de China representan un desafío para el mercado global de
baterías, pero también abren oportunidades significativas para México. Con una estrategia enfocada en la
sostenibilidad, la innovación y la colaboración internacional, el país podría
convertirse en un líder regional en la transición hacia la electromovilidad.
Investigación
y redacción: Martín García López