El préstamo forma parte del Programa de Préstamos para la Fabricación de Vehículos Tecnológicamente Avanzados (ATVM, por sus siglas en inglés). Este programa federal tiene como misión apoyar iniciativas industriales que reduzcan las emisiones de carbono, promuevan la transición a energías limpias y fortalezcan la economía mediante la creación de miles de empleos. A través de esta colaboración entre el gobierno y el sector privado, se pretende acelerar el desarrollo de la industria automotriz eléctrica para reducir la dependencia de combustibles fósiles y abordar los desafíos del cambio climático.
Las plantas proyectadas tienen el potencial de revolucionar la producción de baterías para vehículos eléctricos y contribuir a las comunidades donde serán construidas. De acuerdo con estimaciones oficiales, se generarán más de 5,000 empleos directos. La economía local se verá beneficiada, al igual que se abrirán oportunidades laborales en sectores clave.
La planta de Tennessee, una de las más importantes de este proyecto, se integrará al BlueOval City, un campus industrial enfocado en la producción de vehículos eléctricos y baterías. Este complejo tiene como objetivo convertirse en un pilar de la infraestructura de Ford para vehículos eléctricos en Norteamérica. En Kentucky, las otras dos plantas complementarán la capacidad productiva, esto permitirá a BlueOval SK escalar su fabricación para atender la creciente demanda global de baterías, en un contexto donde los principales fabricantes de automóviles buscan una transición más rápida hacia la electrificación.
Jim Farley, CEO de Ford Motor Company, subrayó la importancia del proyecto:
'Este préstamo representa un compromiso claro con la innovación, la sostenibilidad y la creación de empleos. Con BlueOval SK, estamos sentando las bases de una cadena de suministro robusta y limpia que será crucial para el futuro de la movilidad eléctrica.'
Por su parte, SK On, una de las empresas más importantes en la fabricación de baterías a nivel global, considera este proyecto como una oportunidad estratégica para consolidar su presencia en el mercado estadounidense. La colaboración entre ambas compañías no solo reforzará la capacidad productiva en EE. UU., sino que también ayudará a reducir la brecha de oferta en un mercado que demanda baterías más eficientes y sostenibles.
El gobierno estadounidense enfatizó la necesidad de realizar este tipo de inversiones estratégicas para asegurar el liderazgo en tecnología limpia. Este financiamiento fortalece a la industria automotriz local y tiene un impacto positivo en el desarrollo económico y la lucha contra el cambio climático, al fomentar la producción masiva de vehículos eléctricos y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Se estima que las operaciones comenzarán entre 2025 y 2026, con una capacidad conjunta para suministrar baterías a millones de vehículos eléctricos anualmente. Con esta inversión, Ford y SK On se posicionan a la vanguardia del mercado global, mientras Estados Unidos afianza su rol como líder en la transición hacia una movilidad más limpia y sostenible.