Arne Meiswinkel, negociador y director de recursos humanos de Volkswagen, subrayó la necesidad de actuar con prontitud. «Ahora el objetivo es encontrar una solución juntos. Esta es nuestra responsabilidad común», expresó, según el medio alemán NRD. Además, enfatizó que cualquier solución deberá incluir un mecanismo para lograr una reducción sostenida de costos.
Por su parte, Daniela Cavallo, presidenta del comité de empresa, instó a Volkswagen a avanzar en las conversaciones: «No queremos irnos de vacaciones de Navidad con esta incertidumbre, con el temor de si habrá despidos o cierres de fábricas». Las preocupaciones de los trabajadores aumentan ante las propuestas de recorte salarial del 10 % y el posible cierre de al menos tres de las diez plantas en Alemania, según denunció el comité.
El representante de IG Metall, Thorsten Görger, destacó que las huelgas de advertencia realizadas en semanas recientes han contribuido a abrir «un poco» la puerta a nuevas posibilidades. Sin embargo, tanto Görger como Meiswinkel reconocieron que las posiciones siguen siendo divergentes.
En medio de este panorama, el comité de empresa ha presentado un plan para ahorrar 1,500 millones de euros en costos, siempre que se mantengan las ubicaciones y los empleos. Actualmente, Volkswagen opera con 120,000 trabajadores distribuidos en diez plantas en Alemania, incluidas las de Wolfsburgo, Emden y Hannover.
Tras una cuarta ronda que concluyó con “conversaciones constructivas”, las negociaciones de este lunes y martes serán decisivas para definir el rumbo de la relación laboral y el futuro de las plantas en el país.