Actualmente, el Golf se fabrica exclusivamente en la planta de Wolfsburgo, Alemania, donde se produce la octava generación (MK8) de este vehículo. Sin embargo, fuentes cercanas al grupo aseguran que “hay muchos escenarios sobre la mesa” y que uno de ellos incluye la reubicación de la producción a México. La planta de Puebla, la más grande de Volkswagen en América, es considerada una opción viable debido a su experiencia, capacidad instalada y su historial en la fabricación de este modelo.
La fábrica de Puebla tiene un legado de casi 40 años, produciendo vehículos icónicos como el Beetle y, durante 44 años, ensambló el Golf para mercados internacionales antes de que la producción fuera trasladada completamente a Alemania. Este potencial regreso del Golf a México podría marcar un hito, fortaleciendo la presencia de la planta como un eje estratégico en América Latina.
No obstante, aún no hay confirmación oficial. Las decisiones dependerán de las próximas rondas de planificación de Volkswagen. Además, este movimiento podría enfrentar desafíos como posibles tensiones comerciales con Estados Unidos, especialmente en caso de reaplicación de aranceles.
México, por otro lado, ofrece ventajas competitivas clave: su fuerza laboral calificada, logística eficiente y costos reducidos. Estas características podrían ser determinantes para mantener competitivo al Golf, modelo que ha alcanzado un hito histórico con más de 37 millones de unidades vendidas en todo el mundo, posicionándose como el tercer vehículo más vendido de la historia.
El modelo Golf, considerado un ícono de la marca, apenas alcanzó 10,000 unidades vendidas en América del Norte durante 2023. A pesar de esto, su valor como referente del segmento compacto sigue siendo significativo para la estrategia global de Volkswagen.
El posible traslado de producción a México surge en un contexto en el que la empresa busca reducir costos operativos, valorando incluso el cierre de plantas en Alemania. Aunque el futuro del Golf aún no está definido, su regreso a tierras mexicanas podría consolidar aún más a Puebla como un pilar fundamental para el grupo automotriz en el continente.