Ahora, la reincorporación de Stellantis, anunciada este sábado, se interpreta como un primer paso para restablecer la unidad en un sector automotriz que enfrenta enormes desafíos. Según el presidente de ACEA, Luca de Meo, la crisis de competitividad de Europa y la transformación verde exigen que los fabricantes de automóviles permanezcan unidos y trabajen en conjunto para defender sus intereses frente a las autoridades comunitarias. De Meo destaca la importancia de una colaboración sólida para enfrentar los retos futuros, como la amenaza de fabricantes chinos, las tensiones comerciales y la transición hacia vehículos eléctricos.
La decisión de Tavares de dejar ACEA el año pasado había sido vista como un acto de desafío ante la incapacidad de la asociación para influir eficazmente en las políticas de la UE. Sin embargo, su regreso bajo la dirección del nuevo equipo de Stellantis sugiere un cambio de estrategia, buscando fortalecer la voz del consorcio en la toma de decisiones legislativas cruciales para la industria automotriz europea. Esta reincorporación podría fortalecer la posición de Stellantis no solo en términos de influencia política, sino también en su capacidad para negociar con la UE sobre la transición energética y la comercialización de vehículos de combustión.