El acuerdo incluye un aumento salarial del 62%, menor al 77% reclamado inicialmente por el sindicato, pero superior al 50% ofrecido por la patronal al inicio de las negociaciones. También contempla la extensión del Contrato Maestro, que regula las condiciones laborales de los estibadores, hasta el 15 de enero de 2025. Aunque el acuerdo es provisional, y los trabajadores deberán votar sobre él antes de esa fecha, el sindicato ILA confirmó que “cesarán todas las acciones laborales actuales y se reanudará el trabajo en todos los puertos afectados”.
La huelga, la más importante en EE.UU. desde 1977, generó preocupación en sectores clave como el automotriz, la energía y los productos agrícolas. Aunque su impacto fue limitado en los primeros días, JP Morgan estimó que las pérdidas económicas diarias podrían haber alcanzado los 5,000 millones de dólares. El puerto de Houston, el más importante del golfo de México, reportaba pérdidas diarias de 100 millones de dólares en importaciones y exportaciones, según la Corporación Mitre.
Uno de los puntos clave que impulsó la huelga fue la preocupación por la automatización en los puertos, un tema que aún no ha sido resuelto por completo. Los trabajadores temen que las inversiones en automatización puedan reemplazar sus empleos, lo que motivó la exigencia de prohibir la implementación de máquinas en áreas críticas como grúas, puertas y camiones de movimiento de contenedores.
Además del aumento salarial, los trabajadores portuarios buscaron asegurar protecciones adicionales frente a la automatización, así como mejoras en las contribuciones a las pensiones y una revisión en la distribución de regalías por el movimiento de contenedores. Estos temas seguirán siendo negociados en los próximos meses, lo que indica que, aunque la huelga ha terminado, las negociaciones no están completamente resueltas, aunque por ahora la resolución de este conflicto ha evitado mayores interrupciones en la cadena de suministro.