La principal causa del conflicto es la diferencia en torno a los salarios y el uso de la automatización en las operaciones portuarias. El salario máximo para los estibadores con mayor antigüedad es de 39 dólares por hora, un incremento del 11% respecto al contrato anterior. Sin embargo, este aumento es insuficiente frente al incremento de la inflación, que ha sido del 24% en el mismo período. Además se agrega el uso de sistemas de automatización que ponen en peligro los empleos. Al respecto, Harold J. Daggett, presidente del sindicato, declaró: 'Estamos preparados para luchar el tiempo que sea necesario y mantener la huelga el periodo que se requiera para lograr los salarios y las protecciones contra la automatización que merecen los miembros de la ILA'.
La huelga está generando cuellos de botella en puntos clave de tránsito de carga, afectando a exportadores e importadores a nivel global. Embarcadores de Europa, América Latina, Oceanía y Asia ya están sintiendo los efectos, lo que ha causado interrupciones en el flujo de bienes hacia Estados Unidos, Canadá y México. 'La huelga podría afectar a cinco de los diez puertos más transitados de América del Norte, creando un impacto en cascada que ningún sector o región podría evitar', advirtió Mia Ginter, directora de Exportación Marítima para América del Norte en C.H. Robinson. Ginter recomienda que las empresas trabajen en rutas alternativas para mitigar los efectos.
México, que depende en gran medida de los puertos estadounidenses para la importación y exportación de bienes, enfrenta riesgos significativos. El sector automotriz, electrónico y de electrodomésticos podrían sufrir retrasos en la llegada de insumos y materias primas. Las empresas mexicanas también podrían ver un aumento en los costos de logística debido a la necesidad de desviar rutas o recurrir al transporte aéreo, que es más costoso pero necesario para evitar retrasos mayores.
La competitividad de las exportaciones mexicanas también está en juego, ya que los productos podrían no llegar a tiempo a sus destinos en el extranjero, lo que podría sobresaturar el mercado local. Industrias como la automotriz y la farmacéutica, que dependen de modelos de inventario justo a tiempo, podrían enfrentar interrupciones significativas incluso con solo dos días de huelga.
C.H. Robinson prevé que, además de la congestión portuaria, la huelga podría generar demoras en el transporte ferroviario hacia el este de Estados Unidos. Aunque los ferrocarriles están preparados para mover carga desde el sur de California y el noroeste del Pacífico, se esperan tiempos de tránsito más largos, complicando aún más la situación. Además, aunque el transporte aéreo podría ofrecer una alternativa más rápida, su capacidad ya está limitada por la alta demanda del comercio electrónico desde Asia y otros desvíos.
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Investigación y redacción: Martín García López, Cluster Industrial.
Con información de T21, New York Times y El Economista.