La planta de Toluca, con más de 60 años de historia y cuna de vehículos icónicos como el Jeep Compass y el PT Cruiser, ha sido transformada para albergar la nueva plataforma STLA Large. Esta infraestructura avanzada es clave en la transición hacia la electromovilidad, permitiendo la producción de vehículos con motores de combustión interna, híbridos y eléctricos. Esta flexibilidad posiciona a la planta como un pilar fundamental en la estrategia de Stellantis para 2030, la cual prevé la expansión significativa de su portafolio de autos eléctricos.
La apuesta por la electromovilidad en la planta de Toluca no solo responde a las tendencias globales de la industria, sino también a la necesidad de generar empleos y fortalecer la economía del Estado de México. Se espera que miles de nuevos empleos sean creados en torno a este proyecto, beneficiando tanto a la comunidad local como a la cadena de valor automotriz del país. Actualmente, uno de cada 10 pesos de la producción automotriz mexicana proviene de esta entidad, lo que subraya su relevancia económica.
Laura Hernández, secretaria de Desarrollo Económico del Estado de México, destacó que el gobierno estatal ha alineado sus objetivos económicos con la movilidad y la infraestructura para garantizar el crecimiento sostenido de las empresas automotrices, tanto nuevas como establecidas. Este enfoque integral es esencial para mantener a la entidad como líder en electrificación a nivel mundial.
Carlos Quezada, presidente de Stellantis México, subrayó la importancia histórica de la planta de Toluca, que ahora se reinventa para producir vehículos eléctricos, símbolo de orgullo tanto mexicano como mexiquense. Además, esta planta no solo abastecerá al mercado norteamericano, sino que también exportará a nivel mundial, lo que refuerza la posición estratégica del Estado de México en la industria automotriz global.