La mayor parte de esta inversión proviene de Estados Unidos, que representa el 46% del total, con 22,329 MDD comprometidos. Le siguen Alemania y Argentina con el 14% y 9%, respectivamente, sumando un total de 11,334 MDD. El resto del capital se distribuye entre varios países, incluyendo a nuevos actores como China, Francia y Portugal, interesados principalmente en sectores como el automotriz, gas natural y fertilizantes.
El sector manufacturero lidera las inversiones con un 53% del total, equivalente a 25,428 MDD. Este sector incluye industrias clave como la automotriz, bebidas, autopartes, y componentes electrónicos. La expectativa es que esta inversión genere 75,481 nuevos empleos, de los cuales la industria automotriz absorberá el 42%.
Entre las entidades federativas más beneficiadas se encuentran Querétaro, Estado de México, Nuevo León, Puebla y Coahuila, que concentran el 43% de las inversiones. Esta distribución muestra una tendencia hacia la diversificación geográfica del capital, reduciendo la concentración en los principales estados y expandiendo la inversión a nuevas regiones.
Estas inversiones se enmarcan en un contexto de auge del nearshoring, fenómeno que ha favorecido a México como destino para las empresas que buscan acercar sus cadenas de suministro a Norteamérica. Con este crecimiento, México refuerza su posición como un destino clave para la inversión extranjera directa, impulsando su desarrollo económico a mediano y largo plazo.
Con información de la Secretaría de Economía