León, Guanajuato, 08 de agosto de 2024.- Imagina un lugar
de trabajo donde cada voz se escuche, cada contribución se valore y cada
individuo sienta que pertenece. Este no es un sueño utópico, sino una
necesidad real y alcanzable en las organizaciones. Alcanzar este ideal requiere
un liderazgo equitativo que celebre la diversidad y fomente un ambiente
inclusivo y seguro para todos.
El favoritismo, esa preferencia que algunos líderes
muestran hacia ciertos colaboradores basados en afinidades personales o
percepciones subjetivas, es uno de los mayores obstáculos para un liderazgo
equitativo. Según un estudio de Gallup, el favoritismo se asocia con una menor
satisfacción laboral, productividad y una mayor rotación de personal. Este sesgo
desmoraliza a los miembros del equipo, impide la innovación y el crecimiento.
Un liderazgo equitativo, por el contrario, se enfoca en reconocer y valorar las
contribuciones de todos, ofreciendo las mismas oportunidades de desarrollo y
reconocimiento sin prejuicios.
Es crucial diferenciar entre equidad e igualdad.
Mientras la igualdad trata a todos de la misma manera, la equidad reconoce que
NO todos parten del mismo punto. Para ser justos, debemos proporcionar a cada
persona lo que necesita para tener éxito. En las organizaciones, esto se
traduce en políticas y prácticas que consideren las diferentes necesidades y
antecedentes de cada colaborador. Por ejemplo, programas de mentoría
específicos según el colaborador y sus necesidades de desarrollo. Lo que
regularmente sucede es que las organizaciones suelen dotar de las mismas
herramientas y formas a todo el equipo minimizando la idea de que todos son
distintos y por lo tanto su desarrollo también debería de tener matices
particulares.
La diversidad es un activo invaluable. En un mundo
hiperconectado, un equipo diverso aporta una amplia gama de ideas, experiencias
y habilidades. Pero para que la diversidad tenga un impacto real, es esencial
que todos los miembros del equipo se sientan incluidos y seguros. Aquí es donde
entra la importancia de construir ecosistemas de trabajo que promuevan la
inclusión y la seguridad psicológica.
La seguridad psicológica, desarrollada por la profesora de
Harvard Amy Edmondson, se refiere a la creencia de que uno no será castigado o
humillado por expresar ideas, preguntas, preocupaciones o errores. En un
ambiente con alta seguridad psicológica, los colaboradores se sienten libres
para tomar riesgos, colaborar y ser creativos. Este entorno no solo mejora
el bienestar individual, sino que también impulsa la innovación y el
rendimiento organizacional.
Un liderazgo equitativo trabaja activamente para crear y
mantener este tipo de ambiente. Los líderes deben estar atentos a las
dinámicas de poder y a cómo estas afectan la participación y el compromiso de
los colaboradores. Esto implica fomentar una comunicación abierta y honesta,
ser transparentes en la toma de decisiones y estar dispuestos a recibir y
actuar sobre la retroalimentación.
El impacto de un liderazgo equitativo se refleja en una
organización donde cada colaborador se siente valorado y empoderado para
contribuir desde su mejor lugar. Cuando los colaboradores perciben que se
les trata con justicia y que su diversidad es apreciada, se sienten más
comprometidos e inspirados. Esto no solo mejora la fidelización de talento,
sino que también eleva el desempeño general de la organización.
Hoy más que nunca, necesitamos líderes que comprendan la
importancia de la equidad y la diversidad. Líderes que no solo prediquen
estos valores, sino que los vivan y los promuevan en cada decisión y acción.
Reflexiona sobre tu papel en tu organización sin importar cual sea tu rol
actual ¿Estás promoviendo un entorno donde cada colaborador se sienta incluido
y valorado? ¿Estás dispuesto a desafiar el favoritismo y a trabajar por la
equidad verdadera? La transformación comienza con nosotros, con nuestras
decisiones diarias y nuestra dedicación a construir un mundo laboral más justo
y equitativo. Es hora de actuar, de liderar con equidad y de crear
organizaciones donde todos, sin excepción, puedan prosperar.
Por: Enrique Gutiérrez, Director General HomoLab.
Enrique
Gutiérrez, es ingeniero en Gestión Empresarial con especialidad en Finanzas, es
fundador de HomoLab, organización dedicada a facilitar la evolución de sistemas
organizacionales y el desarrollo del potencial humano. Durante la última
década, ha profundizado en el estudio de la conducta humana y ha obtenido
certificaciones en diversas herramientas de facilitación. Desde 2015, ha
colaborado con más de 300 organizaciones, brindando su expertise como consultor
en procesos de formación, integración de equipos y ofreciendo conferencias. Su
enfoque se centra en fortalecer el liderazgo y fomentar equipos de alto
desempeño y crear organizaciones más conscientes en la importancia de construir
ecosistemas de satisfacción laboral.
Contacta con Enrique y HomoLab en el correo: enrique.gutierrez@homolab.com.mx