Monterrey, Nuevo León, 24 de julio de 2024.- Tesla, Elon
Musk, Trump, parecen estar convirtiéndose en sinónimos de “drama” para la
industria automotriz mexicana. La telenovela de la Tesla Gigafactory Mexico,
anunciada en febrero de 2023, ha alcanzado un nuevo clímax tras las declaraciones
de Elon Musk en una conferencia sobre ganancias del segundo trimestre de 2024,
donde respondió a una pregunta sobre el proyecto diciendo: “Actualmente
estamos en pausa con (la) Giga Mexico, creo que necesitamos ver a dónde van las
cosas después de la elección”. Elon continuó, refiriéndose a las
declaraciones del candidato republicano “Trump ha dicho que pondrá
impuestos muy duros a los vehículos hechos en México, así que no tiene mucho
sentido invertir demasiado en México si ese va a ser el caso. Así que
necesitamos ver cómo resultan las cosas políticamente”.
Como era de esperarse, los medios mexicanos de inmediato
saltaron a la conclusión de que la planta de Tesla en Santa Catarina, Nuevo
León, sería cancelada. La realidad es que la pausa de la que habla Musk
viene ocurriendo desde hace muchos meses, cuando Tesla comenzó una ronda de
despidos en el proyecto de su vehículo de nueva generación que tendría un costo
de 25 mil dólares y se produciría en México, dicho modelo ha sido puesto en la
congeladora en favor del llamado Robotaxi, que, de acuerdo con Musk, será presentado
en octubre próximo, luego de ser retrasado por cambios de último momento en el
diseño. “Estamos incrementando la capacidad en nuestras fábricas existentes
de forma significativa, y debo decir que el Robotaxi será producido aquí en
nuestra sede en Giga Texas, como también lo serán los robots Optimus hacia
finales del próximo año”, dijo el CEO y también dueño de la red social X.
Hoy, el terreno de la planta de Tesla en Santa Catarina luce
sin obras, aunque alrededor del mismo se está construyendo infraestructura
necesaria para su operación; el terreno también cuenta con un estudio de
impacto ambiental aprobado y que, en teoría, está en proceso de reubicar especies
de flora y fauna del lugar.
Regresando a Trump, el candidato viene diciendo desde marzo
pasado que podría imponer tarifas de entre 100 y 200 por ciento a los
vehículos chinos hechos en México, aunque de forma arbitraria se ha
referido a los vehículos en general hechos en México durante algunos de sus
discursos recientes, lo que ha provocado confusión sobre si su intención
estaría en imponer aranceles a todos los fabricantes, incluso aquellos de
origen estadounidense o solo a aquellos de origen chino. Fue Trump mismo quien
renegoció el TLC y lo convirtió en lo que hoy es el T-MEC (USMCA), que impone
cuotas de contenido regional del 75% para que los vehículos hechos en
Norteamérica puedan ser comercializados sin aranceles. Este mismo tratado
impediría que dichas tarifas se aplicaran a los fabricantes occidentales, japoneses
y coreanos de vehículos instalados en México al menos hasta 2026, cuando una
revisión del tratado actual sea puesta sobre la mesa.
El presidente López Obrador se pronunció al respecto del
tema: “Esto la verdad no es serio. No podrían hacerse los vehículos que
se consumen en Estados Unidos. No es porque no tengan capacidad
tecnológica, ellos tienen una gran experiencia en producir automóviles, sino
porque son muy altos sus costos de producción, entonces les afectaría s sus
consumidores”. Dicho punto está sustentado en la realidad, pues Estados
Unidos al tener a México como principal importador de vehículos y autopartes,
recibiría todo el peso de los aranceles en los costos de los vehículos que se
venden en dicho país. “Por eso digo que no es serio, deben de
tener ellos otro plan de negocio o ya hicieron el negocio, porque también estas
empresas muchas veces no producen, sino especulan”. Además, sugirió que
Musk solo está siendo cauteloso pues “Ha tomado estas declaraciones para
esperar, ver qué sucede, pero el señor Musk, creo yo, sabe cómo son los discursos
durante las campañas electorales”. Acto seguido, el presidente de
México dedicó un mensaje a Trump, llamándolo “amigo”.
¿Tesla tiene otras razones para pausar la Giga México?
Siendo honestos, este no es el mejor momento para Tesla. No
solo el proyecto en México está pausado, ningún otro proyecto adicional para
construir una nueva planta está avanzando, y los existentes, como la Giga
Berlín, no están operando a plena capacidad. Aún incrementando su producción
existente, Tesla
se encuentra en el borde de ser superado de lleno en producción y ventas de
vehículos eléctricos a nivel global por el fabricante chino BYD, que ha
comenzando una expansión global agresiva, inaugurando una nueva planta en
Tailandia, construyendo nuevas plantas en Brasil y Hungría, anunciando
una planta más en Turquía y con el anuncio de una planta en México
aún por definirse. En espacio de dos a tres años, BYD podrá superar ampliamente
a Tesla en capacidad de producción, así como ventas globales, aunque Tesla siga
reinando en los Estados Unidos.
Musk apoya abiertamente a Trump, y por ello mismo,
contradecirlo no es una buena jugada, especialmente cuando el candidato
republicano odia a los vehículos eléctricos y ha prometido terminar con los
mandatos y cuotas de EV en los Estados Unidos, así como las subvenciones a
estos modelos. Los únicos que perderán con dichas medidas serían los
consumidores estadounidenses, pero Musk ha declaró que “(quitar los
subsidios) sería devastador para nuestros competidores, y podría afectar un
poco a Tesla, pero en el largo plazo probablemente ayude a Tesla”. Luego,
aprovechó para recordar a los asistentes a la conferencia que Tesla no es una
empresa automotriz sino de tecnología, enfocada en la inteligencia artificial y
tecnología de conducción autónoma, al tiempo que informó los márgenes de
ganancias más bajos en cinco años para la compañía, alcanzando 1.48 mil
millones de dólares en el segundo trimestre, comparados con los 2.7 mil
millones del mismo periodo de 2023.
Las esperanzas de Tesla para terminar el 2024 radican en
el lanzamiento de versiones más baratas de sus actuales modelos, y que la Cybertruck
finalmente alcance sus metas de ventas y entregas, así como la recepción del futuro
Robotaxi, un vehículo autónomo compacto sin pedales ni volante.
La historia se repite: De Ford a Tesla
El reciente anuncio de Elon Musk sobre la pausa en la
construcción de la Gigafactory en Nuevo León hasta después de las elecciones de
noviembre de 2024, recuerda de manera inquietante a un episodio similar durante
la primera presidencia de Donald Trump. En enero de 2017, Ford canceló la
construcción de una planta de $1.6 mil millones de dólares en San Luis Potosí
después de recibir críticas severas del entonces presidente electo Trump. El terreno
que usaría Ford se convirtió en una especie de leyenda, hasta
ser adquirido por la acerera Steel Dynamics en enero de 2023. La planta
estaba destinada a la producción de pequeños automóviles como el Ford Focus,
pero las presiones políticas y las amenazas de aranceles elevados llevaron a
Ford a reconsiderar su inversión en México y, en cambio, invertir 700 millones
de dólares en una planta en Michigan para producir vehículos eléctricos y
autónomos, creando 700 empleos; la intención era fabricar un SUV eléctrico
de batería para 2020.
En ese entonces, Ford escudó la decisión en las ventas en
declive de vehículos compactos y sedanes como el Focus, que desaparecería poco
después, además de una necesidad por utilizar la capacidad completa de sus
plantas en Norteamérica. Sin embargo, al término del periodo presidencial de
Trump, Ford decidió invertir más de 420 millones de dólares en la planta de
Cuautitlán Izcalli para producir su SUV eléctrico, el
Mustang Mach-E, el mismo modelo que dijo fabricaría en Michigan al cancelar
la planta de San Luis Potosí, demostrando que muchas veces los fabricantes
solo pretenden jugar a seguir las reglas del presidente en turno, para
luego volver a retomar planes ya establecidos.
La cancelación de Ford no solo representó una pérdida
significativa para México en términos de inversión y creación de empleos, sino
que también sentó un precedente de cómo la política puede influir
directamente en las decisiones corporativas de las grandes automotrices.
Ahora, con Musk pausando el proyecto de Tesla en espera de las posibles
políticas de Trump, existe el riesgo de que la historia se repita. Si Trump
resulta electo nuevamente y decide imponer aranceles severos a los vehículos
eléctricos (o de cualquier tipo) producidos en México, Tesla podría verse
obligada a cancelar o reubicar su inversión.
La situación es un claro recordatorio para las empresas
automotrices sobre la volatilidad que puede surgir de las políticas
proteccionistas. Para México, perder la inversión de Tesla sería un golpe
económico significativo, incluso mayor al impacto de la cancelación de Ford,
pues el monto no oficial de la inversión de Tesla ronda los 5,000 millones de
dólares, sin incluir a más de una veintena de proveedores Tier 1 que
invertirían para proveer a la gigafábrica. Sin embargo, en este último punto,
Trump ha parecido dejar fuera de sus críticas a las autopartes mexicanas,
las grandes ganadoras de la industria nacional, cuyas inversiones
y valor de producción sigue rompiendo récords históricos en 2024, de acuerdo a
la INA.
La mera posibilidad de que Tesla reconsidere su proyecto subraya
la importancia que cobrará para la administración de la virtual presidenta
electa Claudia Sheinbaum el diversificar los mercados y fortalecer las
relaciones comerciales con otros países para mitigar los riesgos asociados con
la dependencia de un solo mercado.
¿Entonces, la Gigafactory Mexico será solo un sueño? Lo
más probable es que no. Entre los dichos y los hechos, Estados Unidos
necesita que México siga siendo su principal socio comercial para depender
menos de China, y un entorno donde las represalias económicas dominen solo
dañarán la inflación en el vecino del Norte, provocando nuevas crisis
económicas, algo que, independientemente del presidente en turno, nadie estaría
dispuesto a dejar pasar. Al largo plazo, dejar que Tesla o cualquier otra
compañía automotriz invierta en México, resulta en mayores beneficios para los
Estados Unidos, un precio muy pequeño a pagar con tal de mantener una cierta
estabilidad.
Redacción: Adrián Martínez, Editor de Cluster
Industrial.