Los analistas de Engen Capital mencionan: “Así las cosas, hemos revisado a la baja nuestra estimación o pronóstico del PIB para este año, a solamente 1.7%, desde nuestro previo de 2.3%. Es muy poco probable que en el segundo semestre la economía crezca más que el 1.7% del primero”. Al margen de la coyuntura electoral, los inversionistas están a la espera de las principales definiciones en torno a la política económica para 2024, mismas que conoceremos en noviembre. En 2025, el PIB crecería 2.3%.
Por lo pronto, en la coyuntura reciente, la economía mantiene un ritmo diferenciado a nivel de sus principales sectores. Por un lado, mientras que durante enero-mayo, la economía logró avanzar 1.9%, una tasa moderada, el sector primario (agropecuario) retrocedió 0.4%, mismo que se suma a su caída de 1.1% durante 2023. Por cuarto año consecutivo, el agropecuario crece por debajo del promedio nacional. Por otro, el sector secundario (industrial) apenas ha crecido 1.3% anual en lo que va del año, muy por debajo del 3.5% observado durante 2023 y siendo su peor desempeño desde la crisis de 2020. Este sector está siendo afectado por cierta caída en las manufacturas (-0.8% anual en lo que va del año), misma que pesa 60% del PIB industrial. En cambio, la construcción creció más de 12% anual, aunque ya reporta una fuerte moderación en su ritmo comparado con lo observado en el segundo semestre del año pasado (alrededor de 22%).
La actividad terciaria (comercio y servicios) creció 2.4% anual en lo que va del año. Su desempeño está sustentado en la generación de empleos que todavía se ha visto en el primer semestre (se está desacelerando), en los aumentos en los salarios reales (3.8% real en el primer semestre vs 3.0% durante 2023), la dinámica del crédito al consumo (12.4% real anual durante enero-mayo vs 24.2% de todo 2023), en la entrada de remesas familiares (USD 64 mil millones en los recientes doce meses), entre otros. Mientras estos factores sigan avanzando, favorecerán a los servicios.
Fuente: Engen Capital.