Reequilibrar una cadena de suministro no es un proceso exento de riesgos. La pandemia nos hizo conscientes de los peligros de depender exclusivamente de obtener nuestros productos desde el otro lado del mundo y aunque puede ser la opción más económica, conlleva costos poco visibles que solo se revelan cuando las cadenas de suministro ya están fracturadas. La pérdida de control, la logística interrumpida y los fallos en la comunicación pueden llevar a daños financieros y de reputación que han dejado a muchas empresas fuera de juego de manera permanente.
Las empresas que han sobrevivido han comenzado a buscar formas de recuperar o mejorar el control sobre sus cadenas de suministro. Así, el nearshoring se ha planteado como una solución viable, argumentando que una menor distancia entre el proveedor y la empresa puede traducirse en entregas más precisas y oportunas, menores costos de transporte y una mayor resistencia en todos los aspectos de la gestión de la cadena de suministro.
El cambio climático y los riesgos ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) también han influido en la consideración del nearshoring, ya que la menor distancia puede implicar emisiones más bajas debido a tiempos de transporte más cortos. (ESG es un marco que ayuda a las partes interesadas a entender cómo una organización maneja riesgos y oportunidades relacionadas con criterios ambientales, sociales y de gobernanza).
El nearshoring puede fortalecer y hacer más resilientes las cadenas de suministro de varias maneras, pero es fundamental evitar la complacencia. No se puede bajar la guardia ni evitar realizar un análisis exhaustivo solo porque el proveedor esté geográficamente más cerca o sea culturalmente más familiar. Independientemente de la proximidad de la fuente de suministro, siempre se deben considerar estos posibles riesgos al seleccionar un proveedor cercano:
• Riesgo geopolítico: Tener un proveedor en un país cercano no garantiza condiciones laborales estables. Es crucial monitorear factores como el clima político, las relaciones laborales, la incertidumbre económica, las políticas monetarias y la seguridad nacional.
• Riesgo ambiental: En la última década, una serie de desastres naturales han impactado severamente las cadenas de suministro globales. Al evaluar un proveedor cercano, es esencial entender cómo los climas locales pueden afectar la manufactura y entrega de productos.
• Cumplimiento normativo: Cumplir con las leyes locales, federales e internacionales es desafiante incluso dentro de las propias fronteras. Es necesario asegurarse de que el proveedor cercano cumple con las regulaciones aplicables, como las de salud y seguridad ambiental, prácticas laborales o materiales prohibidos y tóxicos.
• Control de calidad: Los estándares de manufactura y los niveles de satisfacción del cliente pueden variar según las regiones. ¿Hasta qué punto puede el proveedor potencial cumplir con los estándares de mi mercado, mi industria y mi empresa? ¿Son los estándares comparables?
• Factores competitivos: El nearshoring puede aumentar la dependencia de los mismos proveedores que mis competidores. Buscar proveedores alternativos, o al menos estar conscientes de ellos, ayuda a mitigar el riesgo de dependencia excesiva.
Al optimizar la coordinación y flexibilidad con proveedores cercanos, las empresas no solo mejoran su capacidad de adaptación ante cambios imprevistos, sino que también establecen una base sólida para el crecimiento sostenible y la ventaja competitiva a largo plazo. Este enfoque se convierte en un factor determinante entre las empresas que abrazan eficazmente el nearshoring y aquellas que no, posicionando a las primeras para liderar en el entorno empresarial actual.