En este sentido, Nissan cuenta con una propuesta única que se nutre de dos filosofías: por un lado, se inspira en la cultura japonesa para crear vehículos elegantes y atemporales; pero a la vez, entiende a la perfección las necesidades de sus clientes y la evolución en las tendencias, resultando así en vehículos que también son seductores y emocionantes.
John Sahs es el director de Diseño de Nissan Design Latin America, y una de las mentes creativas detrás del diseño de varios modelos de la marca, quien con su larga trayectoria ha sabido capturar la esencia del ADN japonés de la compañía y traducirlo al lenguaje de líneas, curvas, formas y texturas que hacen el conducir un vehículo Nissan una experiencia excepcional que cautiva todos los sentidos.
'El lenguaje de Nissan es dinámico, moderno, valiente y progresivo; pero, sobre todo, es fiel a su tradición y sus raíces. Cada uno de los diseñadores de Nissan tenemos en la mente conceptos japoneses que usamos en nuestro proceso, lo que distingue nuestra gama de productos en cualquier mercado', reveló Sahs.
Para ello, John y su equipo se adentran en las raíces culturales y artísticas de Japón, y les dan un sentido modernidad, innovación y estética de la marca al servicio de la funcionalidad.
Un ejemplo es la palabra japonesa 'omotenashi', que se refiere a la hospitalidad y atención al detalle. En este sentido, los modelos de Nissan proporcionan una experiencia acogedora en sus habitáculos, y son fabricados minuciosamente para brindar un manejo excepcional.
'Es casi como ser un historiador porque implica investigar ese sentido profundo de estas palabras japonesas que se han usado a lo largo de cientos de años y cómo se han relacionado con el arte y las expresiones culturales japonesas que están presentes en aspectos cotidianos, y trasladar esto a una experiencia para nuestros consumidores que resulte cautivadora', comentó.
Egresado del Art Center College of Design, en Pasadena, California – uno de los institutos más prestigiosos en el ámbito del diseño – su trayectoria en la compañía lo coloca como referente del diseño automotriz en Latinoamérica y el mundo, tras haber colaborado en equipos de Nissan Global Design Center, en Japón; Nissan Design America, en Estados Unidos; y actualmente como cabeza del Nissan Design Latin America.
Su interés y pasión por el mundo automotriz se remonta a su niñez. Influenciado por su padre, un ingeniero aeroespacial, desde temprana edad mostró un gran interés por la mecánica, al compartir con él su pasatiempo de arreglar autos. Fue en ese contexto donde descubrió que el arte y el diseño también formaba parte de sus pasiones, y lo que lo llevó a perseguir el sueño de convertirse en diseñador automotriz.
Así, hoy, tras más de 20 años de carrera en Nissan y múltiples reconocimientos a su trabajo, John continúa encontrando inspiración para sus propuestas en elementos disruptivos del arte, la arquitectura, la moda, y otras expresiones culturales que conjuga a la perfección con la tradición y la herencia propia de la historia japonesa.
'Encuentro inspiración en cosas disruptivas; por ejemplo, uno de mis jazzistas favoritos es Thelonious Monk, y lo que me gusta de él es su manera de 'romper las reglas' en su música. Esos artistas, que son capaces de ser disruptivos y crear cosas nuevas a partir de ello, me resultan muy interesantes porque creo que esa visión empata muy bien con la manera en la que Nissan crea sus vehículos', agregó Sahs.
Este el caso de Nissan Kicks, el primer vehículo de la marca diseñado en Latinoamérica para los habitantes de esta región. Este modelo fusiona inteligentemente el dinamismo, la frescura y el sentido de aventura propio de esta región, con el refinamiento y armonía de la cultura japonesa.
Lograr semejante sincretismo no es tarea sencilla. Se requiere de años de trabajo, en el que los maestros del diseño de Nissan hacen uso de las más sofisticadas herramientas tecnológicas al servicio de su disciplina, junto con toda la investigación y entendimiento del perfil del cliente y el producto, para lograr como resultado un diseño único y cautivador, pero que a su vez sea congruente con las necesidades, preferencias, gustos y tendencias del público al que va dirigido.
En este proceso, que puede tomar hasta tres años desde los primeros trazos hasta tener un modelo a escala real, uno de los grandes retos es mantener la esencia del concepto durante las diversas facetas, ya que el 99% de las ideas son descartadas durante el trayecto, y solo el 1% se traducen en un vehículo de producción final.
'De cierta forma, diseñar es como tener un hijo: comienzas con una pequeña idea, un bosquejo en un pedazo de papel, y esa idea va creciendo porque tiene algo único. Cuando al fin vemos concretada esa idea seleccionada de entre miles, el resultado es asombroso, y la satisfacción es increíble', concluyó Sahs.