En un comunicado emitido por la Casa Blanca, se destacó la importancia estratégica de este acuerdo. Gina Raimondo, secretaria de Comercio de Estados Unidos, expresó su entusiasmo: 'Gran noticia: hoy anunciamos un acuerdo preliminar de 6 mil 600 millones de dólares con TSMC. La inversión ayudará a traer la tecnología de semiconductores más avanzada del mundo a Estados Unidos, construir una tercera fábrica en Arizona y crear decenas de miles de puestos de trabajo'.
La inversión compromete a TSMC Arizona a construir una tercera fábrica adicional antes de finales de la década, en adición a las dos ya anunciadas. Se espera que esta expansión genere aproximadamente 6 mil empleos directos de fabricación, más de 20 mil empleos de construcción únicos acumulados y decenas de miles de empleos indirectos en la próxima década. Este proyecto consolidará a Arizona como un centro líder en tecnología de vanguardia y reforzará la infraestructura nacional de semiconductores.
El presidente Biden resaltó la importancia estratégica de recuperar la capacidad de producción de semiconductores en Estados Unidos: 'Los semiconductores alimentan todo, desde teléfonos inteligentes hasta automóviles, satélites y sistemas de armas. Estados Unidos inventó estos chips, pero con el tiempo pasamos de producir casi el 40 por ciento de la capacidad mundial a cerca del 10 por ciento, lo que nos expone a importantes vulnerabilidades económicas y de seguridad nacional'.
Además, se subrayó que esta inversión no solo fortalecerá la seguridad nacional, sino que también promoverá la innovación científica y tecnológica en el país. A través de sus fábricas en Arizona, TSMC podrá ofrecer un mejor soporte a sus clientes clave, como AMD, Apple, Nvidia y Qualcomm, entre otros, al abordar su demanda de capacidad de vanguardia y mitigar las preocupaciones de la cadena de suministro.
El acuerdo también incluye el apoyo al desarrollo de capacidades de embalaje avanzadas, lo que permitirá a los clientes adquirir chips avanzados fabricados íntegramente en suelo estadounidense. Esta medida posicionará a Estados Unidos como un líder en la próxima frontera de la innovación tecnológica para la fabricación de chips.