Durante este período, la producción de vehículos de motor en la región ha aumentado en más de 600 mil unidades, alcanzando la cifra de 1.7 millones de unidades al año, lo que representa un incremento del 55%. Este crecimiento ha sido posible gracias a inversiones conjuntas de las armadoras y sus proveedores, que ascienden a 10 mil millones de dólares.
Coahuila y Nuevo León han jugado un papel fundamental en este ascenso, albergando empresas automotrices como Kia, Navistar, Daimler y John Deere, entre otras. Además, las expectativas son aún mayores con las próximas instalaciones de Tesla y Bobcat en la región.
El estudio destaca que el sector automotriz en la región genera el 24.5% del valor agregado de las manufacturas, en comparación con el 18.3% registrado hace una década. Además, el Supercluster Automotriz Texas-México cuenta con 311 proveedores del sector, que ofrecen empleo a unas 206 mil personas, lo que demuestra el impacto significativo que tiene esta industria en la economía regional.
Se espera que la producción de vehículos continúe en aumento, especialmente con la aceleración de la producción en la Gigafactory en Texas y la llegada de nuevas empresas al clúster. Este crecimiento no solo fortalece el sector manufacturero, sino que también impulsa la economía en general de la región.