Si bien la producción de hidrógeno a través de la electrólisis ofrece un recurso potencialmente ilimitado, su obtención eficiente y respetuosa con el medio ambiente sigue siendo un desafío. La complejidad de convertirlo en un combustible líquido y establecer una infraestructura de suministro confiable son aspectos críticos en su desarrollo.
BMW ha sido pionero en la exploración del hidrógeno como fuente de energía para vehículos, con décadas de investigación y desarrollo a sus espaldas. Desde sus primeros prototipos en la década de 1980 hasta el lanzamiento reciente del BMW iX5 Hydrogen, la compañía ha estado a la vanguardia de la innovación en este campo.
El BMW H2R, con sus impresionantes récords de velocidad, demostró el potencial de los motores de hidrógeno y estableció un punto de referencia en la industria. A lo largo de los años, BMW ha perfeccionado su tecnología, culminando en el lanzamiento del BMW Hydrogen 7, un hito en la producción en serie de vehículos propulsados por hidrógeno.
La colaboración con Toyota en el desarrollo de celdas de combustible ha ampliado aún más las fronteras de la innovación. La combinación de una batería potente y una célula de combustible ofrece nuevas posibilidades y una autonomía extendida, abriendo la puerta a una movilidad sostenible en largas distancias.
Sin embargo, el éxito futuro del hidrógeno como fuente de energía depende en gran medida de la disponibilidad de 'hidrógeno verde', generado a partir de fuentes renovables. BMW está comprometido con este objetivo, liderando la carga hacia un futuro de movilidad sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
El hidrógeno representa una emocionante oportunidad para transformar la industria automotriz. Con una combinación de innovación tecnológica y un enfoque en la sostenibilidad, BMW está preparado para seguir liderando el camino hacia un futuro impulsado por el hidrógeno.