La inversión empieza a moderarse
En diciembre, la inversión fija del país reportó un
crecimiento de 15.4% anual, observando cierta moderación en los meses
recientes. A pesar de ello, su ritmo es aún muy elevado y refleja el buen
momento que está atravesando la inversión.
En su balance anual, la inversión creció 19.7% real. Es una
tasa histórica, que refleja los efectos de distintos factores. Primero, las
obras de construcción crecieron 20.8%, impulsadas por su segmento no
residencial (obras de ingeniería) en la zona sur del país. Segundo, la
inversión en maquinaria y equipo creció 18.5%, sosteniendo tasas elevadas por
tercer año consecutivo.
En otra vista, la inversión creció no sólo por el empuje de
los proyectos públicos (19.6%), que son hechos recientes, sino principalmente
por el repunte de 19.7% en la inversión privada, tanto en construcción como en
maquinaria y equipo. Esta última sigue creciendo a tasas elevadas y los
inversionistas están aprovechando la ventaja cambiaria (17 pesos por dólar),
así como reflejando los efectos del nearshoring con vistas a la expansión que
veríamos a mediano plazo.
Así las cosas, para este año, la inversión podría moderarse
a 7.3% y repetir un 7.4% en 2025. Al parecer, es el momento de la inversión. Si
estas previsiones se cumplen, la inversión representaría alrededor de 27% del
PIB, su máximo histórico. Su máximo previo fue de 26.9% en 1981, a finales de
la época del “desarrollo estabilizador” de México.
El consumo
privado extiende su dinamismo
El consumo privado es el principal componente del PIB,
pesando casi 71% de éste y manteniéndose alrededor de este nivel a largo plazo.
Solo como referencia, en Estados Unidos, este segmento pesa 68% de su PIB
(2023). Los otros dos segmentos, por el lado de la demanda interna, son la
inversión (22% del PIB) y el gasto público (11%).
El país sigue generando empleos, los salarios reales siguen
al alza, el crédito al consumo sigue repuntando, las remesas siguen al alza, el
gobierno amplía los subsidios a la población. Son las razones por las cuales el
consumo privado creció 5.6% real anual en diciembre, con lo que se acumuló un
avance de 4.2% durante 2023, por encima del 3.2% del PIB total. Esta tendencia
podría extenderse hacia 2024-2025, siempre y cuando no se genere algún desorden
en la economía.
Finanzas públicas y deuda
Los especialistas de CIAL Dun & Bradstreet siguen
estimando que el déficit fiscal puede convertirse en uno de los factores de
riesgo más importantes a mediano plazo para nuestra economía. El creciente
gasto social (subsidios) y los grandes recursos destinados a las obras
emblemáticas del gobierno han generado esta condición. Los ingresos han crecido
solo la mitad que el gasto, por lo que el déficit fiscal sería de 4.8% del PIB
para este año, su peor número desde el 7.5% de 1988.
La deuda pública podría superar el 50% del PIB para los
siguientes años. Sin ser crítico, es un riesgo para la economía.
México-EEUU a largo plazo
Hoy, los bancos centrales, los analistas y los mercados
están debatiendo en torno a las decisiones sobre las tasas de interés mundiales
y si son sostenibles la tendencia bajista de la inflación mundial. Si la
inflación baja como esperan los bancos centrales, entonces estamos en la
antesala de un nuevo ciclo bajista de las tasas de interés.
Una pregunta salta a la vista: ¿estamos en el punto
inflacionario apropiado para empezar a bajar las tasas de interés? En México, la inflación de febrero fue de
4.4% anual, cuando a largo plazo (2001-2024 estimado) el país ha vivido con una
inflación promedio anual de 4.5%. Es decir, nuestra inflación ya está dentro de
nuestros estándares de largo plazo (estructural). Banxico tiene como meta 3.0%,
nivel que solo en dos ocasiones hemos logrado en este periodo: 2.7% en 2015 y
2.8% en 2016.
La meta inflacionaria de Estados Unidos es 2.0% y ellos han
vivido con un promedio de largo plazo de 2.5%. En enero reportaron una
inflación de 3.1% anual. Ellos están aún por encima de su meta.
En materia de tasas de interés, el actual 11.25% de la tasa
del Banco de México (Banxico) está aún casi el doble que su promedio de lago
plazo (6.6%). El Sistema de Reserva Federal de Estados Unidos (FED) ha vivido
con una media de solo 1.8% promedio anual (2001-2024 estimado), cuando su tasa
actual de 5.25% es casi el triple que su promedio.
La economía mexicana ha crecido solamente 1.5% promedio
anual durante 2001-2024 estimado. Su ritmo previsto para 2024 (2.3%) y 2025
(2.8%) lo superan levemente. Algo
parecido ocurre con Estados Unidos.
Expectativas de los mercados: encuesta Banxico
Para efectos prácticos, si el Banco de México (Banxico)
empieza a bajar su tasa de interés en marzo a mayo, ya no es muy relevante. Lo
importante es si el futuro descenso será gradual y en cada una de las siete
Juntas pendientes. Banxico ha señalado que no necesariamente los descensos
serán constantes y graduales. En todo caso, si la inflación sostiene su
tendencia bajista, Banxico no dudará en bajar siete veces su tasa, inclusive
podría hacer bajas de más de 25 puntos base.
Pero, si la inflación no subyacente sorprende con un fuerte
repunte, obligaría a Banxico a hacer una pausa en su proceso de bajas en tasas.
Inclusive, hasta podría incrementarla. Las decisiones de Banxico no solo
dependerán del proceso inflacionario local, sino también de la inflación en
Estados Unidos y las decisiones sobre su propia tasa.
La tasa real Banxico (ex -ante o ex –post) está en uno de
sus puntos más altos (casi 6.7%) en octubre de 2023 y 6.6% en febrero de este
año. Por su parte, el spread entre la tasa Banxico y la FED está ahora en 5.75
puntos, con expectativas que baje hacia 5.50% durante el resto del año. Este
spread, entre otros factores, sigue permitiendo que el tipo de cambio se
mantenga estable. Si el spread desciende a 5.75 puntos, el tipo de cambio no
tendría que presionarse significativamente. El mercado estima que el tipo de
cambio cierre este año en 18.42 pesos.
El mercado de vehículos sigue avanzando
En febrero se produjeron 318,735 vehículos ligeros
(autos-camiones), con un crecimiento de 7.8% anual. Ya se ve una moderación de
este segmento, que crecería 6.1% en 2024 vs 14.1% en 2023. Se exportaron
282,608 mil unidades en febrero, repuntando 22.6% anual. Las exportaciones
representan casi 89% de lo producido. La industria automotriz está llamada a
ser una de las grandes beneficiadas por el fenómeno del nearshoring, vía la
inversión extranjera y sus exportaciones.
La producción ha cambiado significativamente: hoy, 76% es de
automóviles y solo 24% en camiones. En 2005 era de 35% y 66%, en cada caso.
Gran parte (88%) de la producción se destina al mercado externo. Dentro de
éste, el 82% es en camiones ligeros (39% en 2005).
En enero se vendieron al público (menudeo) 113,258 vehículos
ligeros, reportando un aumento de 11.1% anual. Se empieza a ver una moderación
en el ritmo de estas ventas, siendo su tasa más baja desde mediados de 2022.
Durante 2023 había crecido 24.4%. Los especialistas de CIAL Dun &
Bradstreet que las ventas de 2024 sean de 1.43 millones de unidades, con un
crecimiento de 5.3% y con un avance esperado de 12.3% para 2025. Hoy, más de
66% de las ventas locales son en unidades importadas (51% en 2013). Hoy más de
20% de las ventas locales provienen de China.