Además, es necesario fomentar la transparencia y la divulgación de información ambiental, aspecto que permite a las empresas ser más conscientes de su desempeño e involucrar a los consumidores en la toma de decisiones informadas. A ello se suma la incorporación de políticas de responsabilidad social empresarial que vayan más allá del cumplimiento de regulaciones es esencial.
La colaboración intersectorial y la participación en iniciativas gubernamentales y no gubernamentales también son clave para abordar los desafíos ambientales de manera integral. Las empresas deben reconocer que la sostenibilidad no solo es una opción ética, sino también una estrategia a largo plazo para garantizar la viabilidad de sus operaciones en un mundo cada vez más consciente del medio ambiente.
La Empresa Socialmente Responsable tal como se presenta en los diferentes modelos de gestión, persigue gestionar aspectos sociales y ambientales de afectación inmediata en sus partes interesadas directas, mientras que la sostenibilidad es integral y transversal, considerando 3 pilares para el desarrollo sostenible: medio ambiental, social y económico.
Según un estudio de BSI, hasta hoy la sostenibilidad se considera en algunos rubros una cuestión de reputación menor y recibe poca atención ejecutiva; en muchas empresas se realizan prácticas de sustentabilidad y ambientales, pero sin entender lo que en realidad significa para el desempeño empresarial.
El instructor de BSI menciona que “algunas de las mayores barreras que enfrentan las empresas son obstáculos internos, sobre todo la ausencia de objetivos estratégicos de acciones sostenibles. Además de esto, prevalecen funciones dominantes como finanzas, ventas y marketing que a menudo están encerradas en esquemas de incentivos que recompensan y, por lo tanto, perpetúan comportamientos orientados al corto plazo. Ello puede estar en desacuerdo con el logro de objetivos más sostenibles a largo plazo.
En 1992 BSI reunió a expertos e innovadores de la industria para crear el primer estándar ambiental del mundo el BS 7750, para acordar que las mejores prácticas cubrieran una amplia gama de los problemas de sostenibilidad que, hasta hoy, enfrentan las organizaciones de todos los tamaños.
Desde entonces, esta organización con presencia en casi todo el planeta ha trabajado con la industria, los gobiernos y las empresas en 6 áreas clave:
Ambiente: Ayudándoles a comprender el impacto que los productos, los servicios y la cadena de suministro tienen con el ambiente.
Energía: buscar introducir sistemáticamente acciones para reducir el consumo de energía y optar por fuentes de energía renovable.
Emisiones de gases de efecto invernadero (GEI): lograr administrar favorablemente las emisiones de gases de efecto invernadero como resultado de las actividades, producto y/o servicios.
Social y Ético: Impulsar la responsabilidad social a través de actividades que tienen un impacto positivo en la sociedad, incluyendo antisoborno, cumplimiento, esclavitud moderna, etc.
Optimización de recursos: Evaluar, medir, informar sobre consumo de recursos naturales y la gestión de activos.
Biodiversidad: Medir la salud, el mantenimiento y mejora del ecosistema.
Para BSI estas prácticas deben de impulsar el crecimiento de las organizaciones de manera equilibrada con su entorno.