Francisco Cervantes Díaz abrió la discusión destacando el crecimiento sostenido del Nearshoring en México, impulsado por su atractiva ubicación geográfica junto a Estados Unidos. Sin embargo, señaló que el país enfrenta desafíos significativos en su desarrollo industrial. Mientras que las regiones del norte y el Bajío muestran un crecimiento impresionante del 5%, la situación en el sur no es tan promisoria. Se estima que México atraerá inversiones extranjeras por 33 mil millones de dólares. La agilidad para afrontar nuevas inversiones es crucial, pero la falta de infraestructura, especialmente en los puertos, representa un obstáculo significativo. Cervantes enfatizó la necesidad de desarrollar puertos que conecten con el este de Estados Unidos, donde se concentra la industria automotriz.
Arturo Oropeza García hizo hincapié en que hablar de Nearshoring es hablar de política industrial. Recordó cómo empresas como General Motors establecieron sus plantas en China hace 50 años, lo que marcó el inicio de una ola de industrialización en Asia. Sin embargo, señaló que esto a menudo se hizo a expensas de la precariedad social. Oropeza destacó que estamos experimentando una segunda ola de Nearshoring, que se ha vuelto un fenómeno geoestratégico.
En un mundo donde Estados Unidos busca mantener su liderazgo y proteger su tecnología e inversión de China, México tiene una ventana de oportunidad de 20 años para consolidarse como un centro de producción que sirva a Estados Unidos, Canadá, Sudamérica y partes de Asia.
José Zozaya se centró en la importancia del Just in Time en la industria automotriz y cómo la pandemia de COVID-19 puso de manifiesto la vulnerabilidad de las cadenas de suministro cuando los proveedores están lejos. En este contexto, el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) fue un paso crucial, pero Zozaya lamentó la falta de un capítulo que aborde la igualdad en infraestructura entre los tres países para mejorar la fluidez de la industria. También resaltó la necesidad de digitalizar las aduanas para acelerar el Nearshoring y abogó por una política industrial integral que involucre a la academia, el gobierno y la educación para elevar la calidad de la fuerza laboral mexicana.
Zozaya afirmó que México ha evolucionado desde depender del petróleo hasta convertirse en un país con un sector automotriz fuerte, y subrayó que el T-MEC es una herramienta crucial. En última instancia, concluyó que una política industrial sólida podría llevar a México a estar en el top 20 de productividad a nivel mundial.
La discusión en el ITM 2023 revela que el Nearshoring representa una oportunidad sin precedentes para México, pero también resalta la urgencia de establecer una política industrial coherente y estratégica que permita al país aprovechar al máximo esta tendencia y fortalecer su posición en la economía global.