El cambio surge debido a las demoras resultantes de cambios en el gabinete gubernamental del estado fronterizo, específicamente en la Secretaría de Economía, que afectaron los trámites para definir la ubicación original de la inversión y ralentizaron el desarrollo de la cadena de valor del litio.
Giovanni De Luna, CEO de la compañía, explicó que la nueva fábrica de De Luna Lithium Battery, ahora ubicada en el Estado de México, formará parte de un complejo facilitado por uno de sus socios. Con un espacio de 30,000 metros cuadrados, de los cuales 10,000 están bajo techo, la fábrica tiene como objetivo producir 20,000 paquetes de baterías anuales en su primer año de operaciones.
El litio necesario será importado de China y se espera que la producción inicial abastezca tanto a vehículos privados como de reparto, con planes futuros para atender al transporte público, incluyendo autobuses y taxis.
Aunque De Luna Lithium Battery empezará con materiales importados, su visión a largo plazo es lograr una producción local de litio. Sin embargo, el objetivo de extraer litio de suelos mexicanos todavía es un proyecto en desarrollo, con el gobierno mexicano asignando fondos limitados para la exploración en busca de depósitos viables económicamente.
La compañía se presenta como la primera empresa 100% mexicana con una fábrica escalable de baterías de litio para automóviles eléctricos. Esta nueva planta planeada generará cerca de 900 empleos.
Varias empresas mineras, incluida De Luna Lithium Battery, habían expresado interés en establecerse en Sonora debido al yacimiento de Bacadehuáchi, considerado el más grande del mundo con una reserva de 243 millones de toneladas de litio. Sin embargo, las circunstancias actuales llevaron a una reconsideración de las ubicaciones y estrategias empresariales en el sector de baterías de litio.
Con información de Expansión.