El primer semestre del año registró un crecimiento en la población ocupada de aproximadamente 726,884 personas, indicando una aparente recuperación económica. Sin embargo, es relevante destacar que este crecimiento se ha concentrado principalmente en el sector informal, lo que ha llevado a un aumento en la tasa de informalidad laboral, que pasó del 54.9% al 55.5% de la población ocupada.
Acerca del tema, el Lic. Mauricio Reynoso, director general de AMEDIRH, advierte que 'el incremento en la informalidad refleja un desafío importante en la generación de empleo formal y de calidad en México'.
No obstante, aunque persisten retos en materia de empleo, se observa una ligera disminución en la tasa de desocupación, pasando del 2.8% al 2.7% durante el primer semestre del año. Esta disminución puede interpretarse como una señal positiva de recuperación en el mercado laboral.
El Lic. Mauricio Reynoso destaca que 'aunque la tasa de desocupación ha disminuido, debemos seguir enfocados en brindar oportunidades laborales para todos los sectores de la población'.
Por otra parte, la tasa de desempleo extendido, que considera a las personas inactivas disponibles para trabajar, también muestra una reducción ligera, pasando del 10.9% al 10.1%. A pesar de esta disminución, todavía hay una parte significativa de la población enfrentando dificultades para incorporarse al mercado laboral.
En cuanto a la calidad del empleo, el crecimiento del empleo subordinado ha sido positivo, con la adición de 930,979 puestos en los primeros seis meses del año. Aun así, también se han evidenciado desafíos preocupantes, como el aumento de la población asalariada sin prestaciones, que incrementó en 913,624 personas.
El director general de AMEDIRH enfatiza que 'la falta de prestaciones y la ausencia de contratos por escrito reflejan la necesidad de mejorar la seguridad laboral para un número considerable de trabajadores en México'.
Otro aspecto por considerar es la tasa de subocupación, que abarca a las personas con empleo pero con jornadas reducidas y la necesidad de trabajar más horas. Esta tasa aumentó del 7.3% al 7.9% de la población ocupada, evidenciando la importancia de seguir impulsando mejoras en las condiciones laborales para todos los trabajadores.
“Como nunca, es momento de reflexionar acerca del impacto que puede llegar a tener la contratación de trabajadores por jornadas reducidas o medias jornadas para promover la flexibilidad laboral y mejorar la calidad de vida de los colaboradores; quizá este sea uno de los aprendizajes más importantes con respecto al semestre recién finalizado”, subraya Mauricio Reynoso.
Al respecto, AMEDIRH recomienda reforzar las políticas de flexibilidad laboral, permitiendo a los empleados elegir entre diferentes opciones de jornadas de trabajo. Esto puede incluir horarios flexibles, jornadas reducidas, trabajo desde casa o días de teletrabajo. Al brindar opciones a los trabajadores, se les da la posibilidad de ajustar su horario para adaptarse a sus necesidades personales y profesionales, lo que aumenta su satisfacción y compromiso laboral.
Asimismo, es fundamental promover una cultura de trabajo que valore y apoye la flexibilidad laboral. “Esto implica que los líderes y directivos de la empresa comuniquen activamente la importancia de la conciliación trabajo-vida personal y respalden la contratación de trabajadores por jornadas reducidas. Además, es esencial fomentar la colaboración y el trabajo en equipo para asegurar que la flexibilidad no afecte negativamente la productividad y el cumplimiento de objetivos”, precisa el director general de AMEDIRH.
Por otra parte, se puede impulsar el cambio en el enfoque de la evaluación del desempeño hacia resultados medibles y objetivos, en lugar de horas trabajadas. Al apreciar las contribuciones del empleado en lugar del tiempo dedicado, se promueve una cultura basada en los logros y se permite a los trabajadores demostrar su valor sin importar el horario de trabajo.
De igual manera, ahora se requiere implementar programas de capacitación y sensibilización para líderes y empleados sobre los beneficios y las mejores prácticas de la contratación de trabajadores por jornadas reducidas. “Esto puede incluir talleres sobre gestión del tiempo, estrategias para mantener la productividad en jornadas reducidas y capacitación en liderazgo inclusivo. Al mejorar la comprensión y el apoyo a esta modalidad de trabajo, se facilita su adopción en la empresa”, concluye el Lic. Mauricio Reynoso, director general de AMEDIRH.