Las industrias de maquila y manufactura son, en definitiva, actividades económicas estratégicas para el crecimiento del producto interno bruto (PIB) en México; sin embargo, tanto a nivel nacional como global, ambas presentan retos importantes que son urgentes de atender. El más importante de ellos es que generan 26% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Por estas consideraciones, su transformación es impostergable para mejorar las condiciones ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG). El reto del cambio climático exige que todas las industrias se replanteen a profundidad sus técnicas empresariales; para los fabricantes, lo anterior implica incorporar mejores prácticas de manufactura sostenible y economía circular a su estrategia, a su modelo de negocio y a sus sistemas de gestión.
Por otro lado, la participación de las manufactureras nacionales en el comercio con América del Norte, Europa y el resto del mundo hace también inaplazable implementar los criterios ASG para mantener competitividad y acceso a los mercados, los cuales son cada día más exigentes en las regulaciones de las cadenas de suministro, debido a que existe una clara tendencia hacia la descarbonización.
Así, las perspectivas de los sectores manufacturero y maquilador en el corto y mediano plazo se deben orientar en cuatro temas cruciales:
1. Modelos de economía circular
Con modelos de negocio cada vez más populares que consideran el “rediseño”, “reutilización” o “remanufactura”, precisamente porque son contrarios a los modelos lineales actuales de producción, basados en tomar, fabricar y desperdiciar. Además, aportan valor porque se centran en reducir el uso de energía y materiales durante la fabricación, así como en recuperar el máximo valor de los productos finales, por lo que este modelo está siendo privilegiado de manera importante por los inversionistas. Con la circularidad, los fabricantes son responsables de lo que sucede con los productos terminados, aun cuando estos ya están en la disposición final, con ofertas como la denominada: “producto como servicio”.
Adicionalmente, los ecosistemas de tecnología conectada para la visibilidad en tiempo real permiten a la industria pesada (minería, siderúrgica, petrolera) monitorear las condiciones operativas cambiantes y mejorar la eficiencia energética. Definir las estrategias circulares en cada sector garantiza la generación de valor, la reducción de riesgos de suministro y la protección de los ecosistemas naturales, entre otros beneficios.
2. Abastecimiento ético de materias primas
Esta modalidad se está incorporando rápidamente en las grandes empresas, en particular a sus objetivos ASG, con la finalidad de mejorar la administración de los proveedores. El rediseño de los productos busca reemplazar las materias primas escasas o dañinas para el ambiente por otras renovables o reciclables.
Es importante destacar que la reacción de las industrias ante la interrupción de las cadenas de suministro globales a causa de la pandemia está motivando el fenómeno conocido como nearshoring, es decir, la relocalización de compañías de manufactura y servicio en lugares más cercanos a su mercado principal. Por ello, el abastecimiento local impacta significativamente en la reducción de los GEI producidos por el transporte de mercancías, ya sea terrestre, marítimo o aéreo, favoreciendo así la trazabilidad de todas las cadenas. Así, la tendencia en la actualidad es que las empresas conozcan el nivel de cumplimiento que manejan sus proveedores, así como la manera en que abordan los riesgos ASG en el corto plazo.
3. Robotización
Es una tendencia que forma parte de las estrategias tecnológicas para incrementar la eficiencia en los procesos productivos y una reducción importante de los residuos generados por la fabricación. La robotización, además de incrementar la automatización de las principales operaciones, también reduce considerablemente los riesgos de trabajo, con especial aplicabilidad en labores peligrosas, manejo de maquinaria pesada o realización de tareas precarias para las personas, lo que se traduce en un incremento en la seguridad de las y los trabajadores, reduciendo la probabilidad de accidentes.
No obstante, la robótica también impacta en el reemplazo de la fuerza laboral de baja y media especialización, con el potencial de causar dificultades para las empresas en el futuro, específicamente relacionadas con temas ASG. Por ello, se debe avanzar a la par con estrategias de capital humano que apoyen a empleados y empleadas locales a mantener sus fuentes de trabajo mediante la capacitación en actividades más productivas en la empresa, o en su caso, en la comunidad.
4. Fuentes alternativas de energía
El uso de fuentes de energía renovable es crucial para reducir el impacto generado por las emisiones de carbono, no solo en la producción, sino también en el transporte asociado al suministro de mercancías a nivel global. Como ejemplo, plantas industriales para la producción de acero que emplean hidrógeno hoy son una realidad en diversos puntos del planeta, las cuales tienen nulo impacto ambiental, ya que solo emiten vapor de agua. De igual forma, transportes eléctricos y baterías de combustible de hidrógeno se consideran prácticas de vanguardia en vehículos pesados porque causan emisiones insignificantes.
Por lo tanto, anticiparse y, sobre todo, preparar a las organizaciones para alinearse con las tendencias de diseño, planeación, implementación y medición de estrategias sustentables permitirá una mayor competitividad a largo plazo, así como una mayor generación de valor y clientes más leales y satisfechos, lo que finalmente se traducirá en mejores rendimientos y niveles más altos de compromiso con el planeta y las personas.