Unos dos minutos y medio después del despegue, estaba previsto que el cohete propulsor Super Heavy, con una potencia de 33 motores, gastara la mayor parte de su combustible y se separara de la nave espacial Starship, dejando que el propulsor se desechara en el océano.
La Starship debía utilizar sus propios motores, que estuvieron encendidos durante varios minutos, para propulsarse a velocidades casi orbitales, acción que no sucedió. Y aunque terminó en una explosión, la prueba cumplió varios de los objetivos según la empresa.
'Con una prueba como esta, el éxito proviene de lo que aprendemos, y la prueba de hoy nos ayudará a mejorar la confiabilidad de Starship mientras SpaceX busca hacer que la vida sea multiplanetaria', dijo SpaceX en un tuit después de la explosión.
SpaceX tiene un contrato de casi 3 mil millones de dólares con la NASA para convertir a Starship en un módulo de aterrizaje para llevar astronautas a la Luna a finales de 2025, en una misión conocida como Artemis III.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA por sus siglas en inglés), dijo que investigará sobre la explosión de la Starship de SpaceX. Esta agencia, en junio de 2022, había informado que SpaceX necesitaría implementar 75 medidas de mitigación para disminuir su impacto en el área circundante y la vida silvestre. El 14 de abril, la FAA finalmente otorgó una licencia de lanzamiento, mismo que terminó en explosión.