CDMX, 23 de marzo de 2023.- CIAL Insights presentó su
más reciente edición del reporte Monitor Económico, en el que las noticias más
dominantes de la semana estuvieron relacionadas con los riesgos de una crisis
bancaria en Estados Unidos, a partir de la quiebra de Silicon Valley Bank y de
otras instituciones menores. Apareció el fantasma de la crisis financiera de
2008 y se vuelve a hablar de que este hecho podría acelerar la probabilidad de
una recesión en EE. UU. hacia el año entrante.
El mercado esperaba que la Fed aumentara su tasa en 50 pb,
esa era la apuesta. Sin embargo, las cosas cambian y, al parecer, la
decisión sería por un aumento de solo 25 puntos base, con lo que la tasa se
ubicaría en 5.00%. Hay analistas que creen que debe dejar sin cambio
su tasa, en un intento por apoyar a la economía y evitar la aparición de nuevos
problemas con otros bancos. Inclusive, hay quienes estiman que bajará su tasa.
Lo que decida la Fed marcará la pauta de su postura monetaria para el resto del
año, además de ver si prioriza la coyuntura bancaria actual o mantiene su
postura antiinflacionaria como su meta fundamental.
Ante este escenario, para su Junta de Gobierno del 30 de
marzo, Banco de México tiene una semana para evaluar el entorno internacional y
sus efectos locales, además de que en esta semana se dará a conocer la
inflación de la primera quincena de marzo. En vista que la inflación
local aún se mantiene muy elevada (7.48% anual en la segunda quincena de
febrero), aunque ha descendido por tercera quincena consecutiva, Banxico debe
seguir subiendo su tasa de referencia en 25 puntos base, hasta 11.25%. Además,
el riesgo de un contagio sobre la banca mexicana está acotado, toda vez que se
reporta un elevado grado de capitalización: 19.3% en enero, muy por encima que
la norma CNBV y que Basilea III. A la solidez de la banca mexicana se suma una
cartera vencida muy baja.
Mientras tanto, el sector manufacturero sigue avanzando bien.
Tras crecer 5.2% en 2022, la producción física del sector manufacturero
inicia este año aún con buen ritmo, al crecer 4.1% anual en enero. Retoma
cierta línea ascendente en su nivel, luego de una estabilidad en los meses
previos.
En este momento, la producción manufacturera se ubica
5.8% por encima de la precrisis pandémica y con expectativas positivas a
mediano plazo. Un factor importante para su buen desempeño han sido sus
exportaciones, que en enero repuntaron 28.3% anual, una gran tasa. Al mes de
enero, seis de las 21 industrias que conforman las manufacturas aún observaban
caídas en su producción, siendo las caídas cada vez más moderadas, excepto en
insumos textiles, que reportó -14.0% anual.
En materia de producción, la industria más
importante es la alimentaria, pesa 21.2% del Producto Interno Bruto (PIB)
manufacturero. Creció 1.5% anual en enero, una tasa moderada y
en línea con su trayectoria. Más de 90% de sus ventas se dirigen al mercado
interno.
La segunda más importante es equipo de transporte (19.7%
del PIB manufacturero) y con un ritmo de 6.6% anual. Es una industria
muy expuesta a la evolución de la economía mundial, hacia donde se dirige casi
75% de sus ventas totales. Es una de las pocas industrias que aún no ha salido
por completo de la crisis; sin embargo, recientemente ha observado buen
desempeño, apoyado por la gradual solución de la crisis de abastecimiento de
insumos. Es una de las industrias que en los siguientes años estará recibiendo
grandes montos de inversión extranjera, no solo por Tesla, sino por los efectos
del T-MEC.
Aunque en este año el sector manufacturero moderaría su
ritmo, a solo 2.1% vs 1.6% del PIB nacional, a mediano plazo sus
perspectivas son buenas, esperándose tasas superiores al 4% en algún momento.
En especial, en industrias como la automotriz, los electrónicos, equipo
eléctrico, maquinaria y equipo, entre otros. Son industrias fuertemente
orientadas hacia el mercado externo.
Otro motor importante es la Industria de la construcción,
que empieza a mejorar su ritmo. La construcción representa 21.5% del PIB
industrial, siendo el segundo importante después del manufacturero (56.3%). Se
trata de un sector muy importante del país, no solo por su peso específico,
sino porque es el sector con mayores efectos multiplicadores sobre el resto de
la economía: sus movimientos tienen efectos sobre más de 50 industrias del
país. Sin embargo, ha perdido presencia a nivel industrial, desde 24.8% en
2016, en respuesta a un bajo desempeño productivo.
Tras caerse 17.3% durante la crisis de 2020 y
recuperarse solo 8.0% en 2021, el año pasado su avance fue de apenas 0.4%, muy
por debajo del 3.3% del PIB industrial y del 3.1% del nacional. La construcción
ha enfrentado grandes dificultades para salir de la crisis y hoy su nivel de
producción se ubica aún casi 3% por debajo de la prepandemia. En enero, la
actividad constructora del país creció 2.9% anual. Aunque es una tasa solo
moderada, la buena noticia es que se trata de la tercera tasa positiva después
de más de un año de altibajos de este sector.
Su componente más importante es edificación (71% de la
construcción), mismo que creció 3.0% anual y siendo su mejor tasa en casi un
año y medio. Su nivel de producción está aún 7.3% por debajo de la prepandemia,
por lo que su recuperación demandará más tiempo. Obras de
ingeniería (14% del PIB de la construcción) y trabajos especializados (15% del
total) crecieron 2.0% y 3.3% anual, en cada caso, estando los dos por encima de
la prepandemia. En este año, el PIB de construcción crecería solo 1.4%.
VENTAS MANUFACTURERAS CRECIERON 8.6%
En enero, el valor nominal de las ventas del sector
manufacturero ascendió a 867 mil millones de pesos (encuesta INEGI). Varios
hechos se destacan de estos resultados. Su valor monetario nominal reporta
cierto estancamiento por casi nueve meses. Reportó un crecimiento de 8.6%
nominal anual, una tasa moderada, considerando que la inflación se ubica cerca
de 8%. Aunque su ritmo mejoró algo con respecto a diciembre, se confirma el
proceso de desaceleración de estas ventas, ya que hace unos meses su ritmo era
elevado. De las 21 industrias manufactureras, cuatro aún reportan caídas en sus
ventas, destacando el -16.6% de insumos textiles.
Aunque en el PIB, la alimentaria es la industria
manufacturera más importante, en ventas el primer lugar es de equipo de
transporte, con 30.2% del total (el doble que alimentos). Sus ventas
crecieron 15.0% anual en enero, sosteniendo el buen ritmo observado a lo largo
de 2022 (15.4%). Su buen desempeño exportador está siendo vital. Otra
buena noticia es que casi todas las industrias reportan ventas por
encima de la prepandemia, aunque el más lento ha sido equipo de cómputo, que
aún está 27% por debajo.
MERCADOS FINANCIEROS
Volatilidad de los mercados financieros: Estados Unidos
inició su ciclo alcista en tasas desde marzo del año pasado y lo ha hecho de
manera más intensa o agresiva que en otros procesos alcistas. Su
respuesta tardía a una inflación elevada lo obligó a hacerlo de esa manera y
ahora aparecen sus primeras consecuencias: quiebras bancarias. La
quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) de Estados Unidos, así como de otros dos
bancos regionales o locales de menor tamaño, generaron de inmediato
incertidumbre en los mercados financieros mundiales. En principio, se trata
del mayor colapso de un banco en Estados Unidos desde la crisis financiera de
2008.
La consecuencia: las acciones de algunos bancos en EE. UU.,
especialmente de los involucrados en estos procesos de quiebra, se desplomaron.
La respuesta oficial de Estados Unidos a través de la Fed, el Tesoro y la
Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) ha
sido inmediata y han tratado de moderar la incertidumbre, lográndolo al menos parcialmente.
Pese a la volatilidad del Dow Jones, su nivel actual (32,217
puntos al 20 de marzo) está apenas por debajo de los días previos a la crisis
de esos bancos. La respuesta monetaria (diversos apoyos oficiales y
privados) está siendo más agresiva que durante la crisis de 2008, lo que
posiblemente está ayudando a moderar la caída de la bolsa de valores. Los bonos
del Tesoro a 10 años se redujeron inmediatamente, hasta 3.40%, uno de sus
niveles más bajos desde septiembre del año pasado. La amenaza de una
recesión es ahora más clara.
Internamente, la Bolsa Mexicana de Valores
retrocedió 1.65% en la semana del 13 al 17 de marzo, mientras que el peso
mexicano se depreciaba 2.7%. Los precios del petróleo cayeron más de 14% y
ahora están en sus niveles más bajos desde noviembre de 2021.
ECONOMÍA DE ESTADOS UNIDOS
La coyuntura inflacionaria de Estados Unidos sigue siendo
compleja, al igual que en el resto del mundo. En un año y medio, la
inflación se disparó desde 1.4% anual en enero de 2021 hasta 9.1% en junio de
2022. Desde entonces, ésta ha ido descendiendo gradualmente y hasta
febrero de 2023 se ubicaba en 6.0% anual. Son ocho meses consecutivos
reportando descensos, aunque insuficientes, ya que aún está muy distante del
objetivo de 2% de la Fed.
Cuando parecía que la Fed forzaría a bajar más la inflación
vía aumentos más intensivos en las tasas de interés, la reciente crisis
bancaria podría moderar las alzas en tasas y relajar un tanto la meta
inflacionaria. Mientras la inflación desciende, el desempleo está en niveles
muy bajos (3.6% en febrero), lo que refleja una cierta fortaleza de la economía
de ese país. Pareciera que las fuertes alzas en las tasas de
interés aún no han surtido el efecto deseado, no al menos en la magnitud
esperada.
En febrero, la producción industrial reportó una
caída de 0.2% anual, siendo su primera caída desde febrero de 2021, exactamente
en dos años. Esta cifra es muy importante para México, toda vez que
se trata del sector que genera mucha demanda de bienes procedentes desde México.
Este sector industrial se ha desacelerado de manera significativa en los
recientes cinco meses, por lo que es posible que en los siguientes meses veamos
más tasas negativas. Suele ser la antesala de las recesiones que ha vivido ese
país. Se mantiene la estimación de que el PIB de EE. UU. crezca 0.8% en
este año y 1.4% en 2024.
Por su parte, y contrastando con la producción
industrial, las ventas al menudeo crecieron 5.4% en febrero. Junto
con el bajo desempleo, aún refleja la fortaleza del mercado interno, aunque se
aprecia una moderación de su ritmo. Todas las señales apuntan a una próxima
recesión de la economía de Estados Unidos.