CDMX, 27 de junio del 2022.- Siguen repuntando las ventas
manufactureras, informa CIAL Insights en su Monitor Económico, después de
crecer 17.1% nominal durante 2021, las ventas manufactureras crecieron más de
19% anual durante el periodo enero-abril de este año. Estas ventas crecen
dinámicamente, al punto que actualmente su nivel se ubica casi 36% por arriba
de la prepandemia. Aunque el volumen de producción ha crecido 4.7% anual en
este periodo, el diferencial se explica por el repunte de los precios generales
de la economía (más inflación). El sector manufacturero también se beneficia
por las mayores exportaciones, tanto en precios como en volumen.
Las dos industrias más importantes son las de equipo de
transporte y la alimentaria, pesando 30.6% y 15.9% de las ventas totales
respectivamente, y con avances de 11.0% y 11.8% anual en lo que va del 2022.
Estas ventas podrían moderar su ritmo hacia el segundo semestre del año, en
respuesta a un menor crecimiento de la economía de EE. UU. Sus ventas crecerían
más de 14% en este año, una tasa aún elevada.
Oferta y demanda
agregada. El consumo privado crece bien
El consumo privado, que pesó 67% del PIB en el primer
trimestre, creció 6.9% anual, una tasa elevada que le permitió salir por
completo de la caída de 2020. Pese al entorno complejo, especialmente en
materia de inflación, el consumo ha avanzado bien, favorecido por la generación
de empleos, cierta ganancia en los salarios reales. La inversión física también
creció a buena tasa (5.2% anual), pero sigue sin salir por completo de la
crisis y aún se ubica 4.5% por debajo de prepandemia, especialmente la
inversión privada. Finalmente, las exportaciones de bienes y servicios
avanzaron 10.0% anual, siendo el segmento con mejor desempeño de la economía,
ya que ahora se ubica 10.4% por arriba de la prepandemia. Así las cosas, en
este año, el PIB crecería 1.7%, esperándose cierta mejoría hacia 2.3% en 2023 y
2.7% en 2024.
Comercio sigue creciendo a tasas
aceptables
Continúan los avances en el sector comercial, tanto en las
ventas minoristas como mayoristas. El comercio al menudeo creció 4.3% anual en
abril. Aunque vemos cierta moderación, la tasa aún es interesante, considerando
el entorno que vive el país: inflación, desaceleración, alzas en las tasas de
interés, entre otros. Estas cifras están en línea con la mejoría del consumo
privado, destacando que este segmento está ahora 3.6% por arriba de la prepandemia,
siendo uno de los indicadores que ya dejaron atrás la crisis y se prepara para
expandirse. De las nueve actividades que componen este segmento, solo tres aún
están por debajo de la prepandemia.
Por su parte, las ventas al mayoreo crecieron 6.8% anual en
abril, una tasa aún elevada y que confirma una salida más rápida de la crisis.
Ahora ya está 10.1% por encima de la prepandemia. En el balance, las ventas
minoristas crecerían 4.4% en este año y 5.3% para las mayoristas. Mejores
números que la economía general.
La economía
creció solamente 1.1% en abril
En abril, el Indicado Global de Actividad Económica (IGAE)
creció 2.0% anual, una cifra superior al 1.3% estimado por el INEGI en sus
cifras oportunas. De esta manera, en lo que va del año (enero-abril), la
economía mexicana creció 1.6% contra el mismo periodo del año pasado. Al mes de
abril, el IGAE se ubica apenas 0.1% por debajo del nivel de prepandemia, lo que
significa que dos años después de aquella parálisis de abril-mayo de 2020, la
economía mexicana prácticamente completa su recuperación. Ahora se busca la
futura expansión.
En lo que va de este año, los sectores primario y secundario
crecieron 3.0% anual, en cada caso, mientras que los servicios avanzaron solo
0.8% anual. El secundario se ha beneficiado de una buena recuperación de las
manufacturas, mientras que la construcción aún está rezagada. En los servicios,
el comercio y los transportes muestran buenas cifras y ya están cerca de 10%
por arriba de la prepandemia. El entorno externo y local para la economía es
muy complejo, por lo que el PIB crecería 1.7% en este año.
MERCADOS FINANCIEROS: Banxico sube su tasa de interés a 7.75%
Obligados por las presiones inflacionarias, varios bancos
centrales en el mundo están en pleno proceso alcista de sus tasas de interés de
referencia: Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Brasil, entre otros. México no
es la excepción y ha sido uno de los más activos en este proceso. La Eurozona
aún no sube su tasa de interés, pese a que reporta una inflación histórica.
Pronto debe empezar a hacerlo. Japón tampoco sube su tasa.
Después que el 15 de junio la Fed de EE. UU. aumentó su tasa
de interés en 75 puntos base, lo que no hacía desde el 15 de noviembre de 1994.
El Banco de México decidió incrementar su tasa correspondiente en 75 pb y lo
hizo por unanimidad de sus cinco miembros de la Junta de Gobierno. La tasa
objetivo de Banxico, que ahora está en 7.75%, está vigente desde enero de 2008,
cuando se convirtió en el instrumento fundamental de la política monetaria. Un
aumento de esta magnitud no se había visto en la historia reciente de este
indicador.
Banxico está respondiendo a la nueva aceleración de la
inflación local, que se ubica en 7.88% anual para la primera quincena de junio.
El mercado esperaba un aumento de esta magnitud para la tasa de Banxico.
Además, ante las expectativas de que la inflación en Estados Unidos y en México
pudieran seguir al alza (o mantenerse aún muy alta), todo parece indicar que,
en sus correspondientes Juntas monetarias, ambos países podrían aumentar su
tasa en otros 75 pb en julio.
Se repetiría la dosis. Se estima que la tasa de Banxico
cierre este año en 9.50%, mientras que la de la Fed se elevaría hasta 3.50%. Al
parecer, tanto en Estados Unidos como en México, la inflación podría tocar su
máximo hacia el tercer trimestre, a partir de cual iniciaría un proceso
descendente. Si así fuera, los bancos centrales empezarían a pensar en la
posibilidad de aumentos en tasas más moderados (de 25 pb), inclusive en ciertos
descensos en algún momento de 2023.
La inflación no cede y obliga a los bancos centrales a subir
sus tasas de interés. ¿Cuáles son las implicaciones? Primero, hay una gran
incertidumbre en torno a la posibilidad de una futura recesión en Estados
Unidos. Segundo, internamente, en México, se abre un espacio para una
desaceleración más pronunciada de nuestra economía. Por ahora, el mercado
espera que el PIB crezca 1.8% en 2022, pero podría revisarse a la baja si la
Fed intensifica sus alzas en tasas y Banxico hace lo propio, en un intento por
detener la actual espiral inflacionaria.
Pero, también las finanzas públicas se verían afectadas,
especialmente el servicio de la deuda pública. Además, la subida en las tasas
de interés de Banxico ya genera alzas en las tasas de la banca comercial,
pudiendo moderar o detener el cambio de dirección que ahora mismo ya se ve en
el crédito. Esta es una mala noticia porque, indirectamente, podría afectar a
la inversión, que de por sí reporta grandes dificultades para su recuperación.
La cartera vencida no debe verse afectada, ya que ésta es baja y muestra una
tendencia descendente.
En lo que va del año, la inflación se ha mantenido por
arriba del 7% anual, específicamente en 7.88% en la primera quincena de junio.
Se trata de su tasa más elevada desde el 8.37% de la primera quincena de enero
de 2001. Debemos señalar que durante 1995 y hasta marzo de 2000, la inflación
había sido superior a 10% y que, desde entonces, nuevamente el país empezaba a
gozar de cierta estabilidad de precios. Hoy vemos un repunte inflacionario, que
viene desde 2.1% anual en la primera quincena de abril de 2020.
Hay varios hechos relevantes que vale la pena comentar.
Primero, la inflación subyacente se mantiene al alza, destacando, como es de
esperarse, un repunte en los precios de las mercancías, con una tasa de 9.85%
anual. Este segmento refleja lo que llama la inflación “importada” producto del
gran repunte en los precios de los commodities internacionales. En cambio,
los precios de los servicios avanzaron solo 4.77% anual, observando cierta
estabilidad por varias quincenas consecutivas. Este segmento normalmente no
debe ser afectado por los precios internacionales, por lo que, es bueno que se
mantenga por debajo del promedio.
Por el lado de los no subyacentes (pesa 24% de la canasta
del INPC), hay una disminución significativa en el ritmo de los energéticos y
tarifas autorizadas por el gobierno, con 5.15% anual en este momento, cuando
hace poco más de un año estaba en casi 20%. Tiene mucho que ver los subsidios a
las gasolinas. En ausencia de estos subsidios, la inflación general ya estaría
cerca del 10%, aunque el costo para las finanzas públicas sería de alrededor de
400 mil millones de pesos en este año.
Tras un máximo relativo del tercer trimestre, la inflación
descendería levemente hacia 7.1% al cierre de este año, siendo su tasa más alta
para un cierre anual desde el 9.0% de 2000. Banxico está sometido a una intensa
presión sobre sus tasas de interés, respondiendo con alzas cada vez más
contundentes y en un intento por evitar un descontrol inflacionario. Evitará a
toda costa que la inflación se salga del dígito.