En 2021 el mercado global de tecnología blockchain se valuó en casi seis billones de dólares y se espera que su tasa de crecimiento anual compuesto aumente a 85.9% en los próximos ocho años, según datos de Grand View Research. Como ejemplo, Circle Internet Financial Ltd., proveedora de esta tecnología, anunció en mayo pasado un incremento de 440 millones de dólares en el financiamiento por parte de sus inversionistas.
Y es que un aspecto fascinante de esta cadena de bloques es su cualidad inmutable: la data que en ella se incluye puede compartirse, pero no alterarse . De hecho, varias entidades acceden a la misma información como una “versión única de la verdad” para evitar la discrepancia entre sistemas y verificar las transacciones en la cadena de suministro.
Incluso, por su seguridad y transparencia, se ha comparado al blockchain con un libro de contabilidad financiera. Sin embargo, esta tecnología –más allá del Bitcoin original– permite resguardar en ella cualquier información: fotografías, historiales médicos, informes meteorológicos, órdenes de compra... Todo ello, incluso, se puede colocar y acomodar en una secuencia.
Entonces, ¿cómo podemos aprovechar al máximo una tecnología como ésta? Sabemos que los recursos tecnológicos no son de gran ayuda si no están acompañados de una gestión óptima. Por ello, es imperativo contar con estructuras que nos permitan mantener la información disponible y ordenada; y para el caso de las cadenas de suministro, no es la excepción.
¿Blockchain para salvar vidas?
Por lo que toca a las supply chains alimenticias, el blockchain puede ayudar a solucionar la operación de envíos y logística, la autentificación de productos desde su origen y el retiro de aquellos potencialmente peligrosos. En este último aspecto, según cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 650 millones de personas enferman cada año y otras 420 mil mueren por intoxicación al consumir alimentos infectados o en descomposición.
Que nadie se quede fuera
Por otra parte, para ejemplificar el beneficio económico de todos los agentes involucrados en la cadena de suministro con esta tecnología, está el caso de importantes productores chocolateros en Europa que, recientemente, se sirvieron del blockchain en beneficio de los agricultores del cacao. Tomemos en cuenta que dos tercios de este cultivo en el mundo proceden de Ghana y Costa de Marfil, no obstante, el 75% de los pequeños agricultores no obtiene ingreso alguno por su labor.
En este contexto, las compañías dedicadas a esta actividad decidieron transparentar sus transacciones. Así, la ausencia de intermediarios permite que cada agricultor reciba el total de su remuneración extra el mismo día de la producción, toda vez que el blockchain es simplemente el registro tecnológico de la transacción. Cada vez que retribuye a un agricultor, lo pagado se registra automáticamente en una “cadena de bloques”, junto con el nombre del agricultor y los kilogramos de cacao vendidos.
Libertad como criptomoneda de cambio
La versatilidad del blockchain alcanza, también, iniciativas de carácter humanitario. En Egipto, miles de mujeres son enviadas cada año a prisión por deudas. Por ello, la agencia creativa Horizon FCB Dubai desarrolló Breakchains con Blockchain para “comprar” la libertad de las mujeres, conocidas conoce como 'Al Gharemaat', mediante la venta de fichas NFT.
Estos activos contienen una firma digital única, lo que permite comprarlos con tarjetas de crédito o criptodivisas. Su costo es suficiente para sacar de la cárcel a una mujer en particular, a la vez que describe el motivo del préstamo, como por ejemplo: la apertura de pequeños negocios, tratamientos de infertilidad o medicamento para sus padres.
Estos son apenas algunos casos que reflejan la importancia que tiene, para usuarios y consumidores, cada eslabón de la supply chain: en lo local y en lo global; en las grandes cifras y a nivel individual.
De ahí la importancia de desarrollar cadenas de suministro que gestionen la incertidumbre, identifiquen los riesgos de forma proactiva y ofrezcan soluciones para mitigarlos, sin olvidar sus procesos de abastecimiento y gestión de riesgo por parte de los proveedores.
Sin embargo, no hay que olvidar que la supply chain es también ecléctica, colaborativa e integrada. Debemos contar siempre con plataformas de soporte que aseguren su dinamismo, versatilidad y resiliencia, abiertas a la inteligencia artificial (IA) y la mejora continua de sourcing & procurement.
Más allá de la adopción y adaptación de nuevas tecnologías, sea blockchain o cualquier otra, hay que trabajar en la optimización del proceso entero para hacer frente a lo impredecible. Esto, por supuesto, requiere ofrecer soluciones que faciliten la digitalización y modernización de las cadenas de suministro, para generar, entre otros beneficios, un impacto positivo no sólo en sus eslabones, sino también en sus consumidores y la sociedad.