Ciudad de México a 10 de mayo de 2022.- La
logística y el transporte de mercancías son, actualmente, algunos de los
principales motores del dinamismo económico y de los comercios mexicanos.
Sobre todo cuando nos referimos a empresas mexicanas que
venden hacia el exterior del país, ya que hoy en día, las exportaciones en el
país se incrementan de forma notable con respecto a los años previos.
Datos del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) señalan
que las exportaciones del 2021 fueron 19% mayores a las del 2020, lo que es una
buena noticia para fomentar el crecimiento en diversos motores de la economía,
como el consumo y la producción manufacturera.
Para continuar fomentando ese crecimiento en ventas al
exterior, el factoraje financiero representa una herramienta
fundamental: se trata de la posibilidad de convertir en efectivo las facturas
que emiten las empresas productoras a los comercios que venderán,
posteriormente, esa mercancía.
Es decir, imaginemos un negocio que produce calzado y que
debe transportar sus productos hacia un cliente en los Estados Unidos. El
transporte de la mercancía y los procesos logísticos que implica, en ocasiones
deben ser financiados por el negocio antes de realizar el cobro a la empresa
correspondiente.
Las empresas suelen acudir a los créditos emitidos por la
banca tradicional para el financiamiento de esos procesos. Lo anterior puede
ser un error considerando que no son herramientas hechas a la medida y
conllevan altas tasas de interés. Estas se convierten en una ‘bola de nieve’
con el tiempo que, lejos de solucionar el problema del flujo de caja, generan
deudas.
Por el contrario, desde la perspectiva de Mundi, las empresas pueden acercarse al factoraje como
herramienta para adquirir de inmediato un adelanto de hasta el 90% de sus
facturas. De ese modo, puede seguir operando y financiar la logística antes de
cobrar.
¿Qué ventajas conlleva?
1. Mayor flexibilidad
El negocio productor, al verse en la posibilidad de cobrar
un alto porcentaje de la factura de inmediato, puede permitir a su cliente en
el extranjero una mayor flexibilidad en el pago por la mercancía, lo que se
traduce en mayor lealtad y una experiencia más satisfactoria.
2. Transparencia
A diferencia de los créditos tradicionales que conllevan
altas tasas de intereses y pagos de diversas comisiones, el factoraje conlleva
un solo fee sin comisiones por apertura ni mantenimiento. Lo único que debe
pagar la empresa, cuando recibe el monto restante de la factura, es una
comisión única por la transacción.
Lo anterior implica una opción más clara en materia
financiera para los equipos encargados de la administración del negocio.
3. Simplicidad
Tradicionalmente las instituciones financieras suelen tener
procedimientos largos, llenos de requisitos, y demasiado papeleo que implican
pérdidas de tiempo. El factoraje, por el contrario, permite facilitar el
proceso mediante un registro sencillo con la CIEC o clave de identificación
electrónica confidencial con el SAT, del negocio. De ese modo, luego de un
proceso de aprobación breve, la empresa puede comenzar a hacer uso de esta
herramienta.
4. Inmediatez
Con el factoraje, las empresas adquieren el efectivo
prácticamente de inmediato, lo que implica una enorme ventaja en materia de
flujo de caja. Mantener un flujo de efectivo saludable es crucial
hoy en día si tomamos en cuenta que es una de las principales razones por las
que quiebran los negocios en la actualidad.
5. Digitalización y modernidad
Actualmente hablar de adopción de soluciones digitales es
fundamental sobre todo considerando el impacto económico que la tecnología
tiene: datos del IMCO indican que la adopción de software empresarial
tendrá un crecimiento anual del 10% hacia 2025. Dicho aumento tendrá un impacto
de 0.59% en el PIB cada año.
El factoraje forma parte de esas soluciones tecnológicas que
ayudan a las empresas a gestionar sus procesos desde una plataforma tecnológica
en todo el proceso, de la solicitud hasta la ejecución, lo cual permite abonar
a la aceleración digital antes mencionada.
En conclusión, las empresas en la actualidad deben voltear a
ver hacia el factoraje como un aliado que les permitirá eficientar sus procesos
logísticos y evitar que la falta de efectivo para operar se interponga en sus
entregas de mercancía, generando impactos negativos no solo en lo económico
sino en cuanto a reputación del negocio.