Integrar a las mujeres al entorno laboral, urgente para México
Escrito por Cluster Industrial
Mujeres en la industria
09/05/2022 11:37
Uno de los grandes retos que enfrenta México en materia de Recursos Humanos está constituido por la subrepresentación laboral de las mujeres, sobre todo, tras los dos años de mayor la crisis derivada de la pandemia de COVID-19.
“La tasa de participación económica de las mexicanas tiende a ser muy baja y, previo a la pandemia, únicamente alcanzaba el 45% de las mujeres mayores de 15 años quienes desempeñaban algún trabajo o se encontraban buscando una posición”, indica el Lic. Mauricio Reynoso, Director de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos.
Estimaciones acerca del Producto Interno Bruto (PIB), realizadas por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), señalan que hacia el 2030, el indicador podría superar en 15% los resultados del 2020, especialmente, si los sectores privado y gubernamental emprenden acciones conjuntas y relevantes para incorporar a 8.2 millones de mujeres a la economía en los próximos 10 años.
“A pesar de que las expectativas efectuadas por organismos nacionales e internacionales son consistentes, en torno a la contribución por demás relevante de la mujer en la economía y la sociedad, observamos que el rezago es abrumador para el caso mexicano”, señala el directivo de AMEDIRH.
La integración de más mujeres a la dinámica social y económica se traduciría, además en mayor potencia para el ingreso/gasto, en mejores condiciones para promover el ahorro en los hogares, la independencia o autonomía financiera de las colaboradoras, la oportunidad para planificar mejor el futuro familiar y desde luego, reportaría diversos beneficios para la productividad de las organizaciones.
“Fenómenos como la discriminación hacia la mujer en el ámbito laboral figura en la agenda pública y en el discurso de diversidad, equidad e inclusión de las empresas. Pero debemos preguntarnos si en verdad estamos siendo incluyentes. Es decir, si es auténtica la creación de oportunidades con paridad de género, si se promueve de manera equitativa la participación del varón en el trabajo de cuidados y no remunerado en el hogar”, puntualiza Mauricio Reynoso.
Adicionalmente, además de la baja integración de las mujeres al ámbito laboral, el país enfrenta no sin gravedad la situación de inequidad en la distribución del trabajo no remunerado. Recientemente, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) daba a conocer que, en México, las mujeres generan el 73% del valor de esta forma de trabajo, comportamiento motivado por las dobles y triples jornadas en el hogar y fuera de él.
“El trabajo no remunerado podría acercarse ya al 20.2% del PIB, lo que equivaldría a 5.3 billones de pesos anuales”, comenta Reynoso. “Este es un campo que requiere todavía de una escrupulosa exploración y al cual, la perspectiva de Recursos Humanos también debe llegar, ya que son mayoritariamente las mujeres quienes se ven, obligadas en muchos casos, a hacerse cargo de los hijos, los padres o la familia extendida. Dejan el turno laboral formal para ir al informal, justo en sus hogares”.
Las mujeres que son jefes de familia llevan una carga adicional toda vez que deben hacer frente a las necesidades de la casa, además de trabajar para recibir una remuneración.
“Sin hacer distinciones o discriminaciones, las empresas hoy tenemos que fomentar la equidad en sentido amplio y, muy en especial, aquellas iniciativas que contribuyan a mejorar las condiciones de vida con paridad de género para las compañeras de trabajo. Comencemos, por preguntarnos seriamente qué necesitan las personas en nuestros equipos de trabajo y organizaciones”, concluye el Lic. Mauricio Reynoso, Director General de AMEDIRH.