CDMX, 30 de marzo del 2022.- Quizás la pregunta más sonada
en las mentes de los profesionales de las industrias manufactureras y el sector
logístico es ¿hasta cuándo terminará la pesadilla? Y es que, sin exagerar, la
presente crisis de cadena de suministro global, desde el inicio de la pandemia
por COVID-19 en 2020 hasta el presente pareciera no tener final.
Actualmente, las cadenas logísticas globales están en
aprietos. El transporte aéreo de mercancías está parado en el aeropuerto de
Pudong en Shanghái, China, a consecuencia de las estrictas medidas de
aislamiento impuestas para el centro financiero e industrial chino debido al
brote local de covid-19 más grave desde 2020. En el principal puerto de la ciudad,
Ningbo, más de 120 barcos de transporte de contenedores están atascados y en la
ciudad sureña de Shenzhen (uno de los centros industriales más importantes) los
costos de transporte terrestre se han incrementado hasta 300 por ciento por una
demanda excesiva de órdenes y pocos conductores disponibles luego de la entrada
de restricciones similares.
Para ponerlo en perspectiva, más de un millón de
contenedores llegan a Europa desde China por tren, en una ruta que pasa forzosamente
por Rusia. Ahora, esos contenedores deben transportarse por vía marítima debido
a las sanciones impuestas por occidente en Rusia. Aquí la historia empeora,
pues metales fundamentales para industrias como la automotriz o aeroespacial
como el níquel o el aluminio son suministrados por Ucrania y Rusia y esas
cadenas están ahora rotas, incrementando su precio mundial día tras día. Para
el sector agroalimentario esto es una emergencia aún más seria, pues hasta el
70 por ciento del aceite de girasol del mundo es producido en Ucrania, así como
una gran cantidad de trigo, sobre todo para países de África que podrían
experimentar hambrunas en los próximos meses como consecuencia.
¿Qué seguimos aprendiendo de estas crisis? Que la
cadena global de suministro es demasiado compleja, interconectada y frágil para
soportar este tipo de efectos colaterales mundiales como una pandemia o una
guerra. Esta, sin embargo, es una oportunidad para empresas de inteligencia
artificial y logística para considerar las disrupciones y los atrasos como la
nueva normalidad del supply chain, y la predicción de estos el santo grial
de la logística de suministro.
¿Y LOS CHIPS?
Oops, no nos olvidemos de un pequeño detalle, literalmente.
El microcomponente esencial para prácticamente todos nuestros aparatos de la
vida diaria y nuestros vehículos continúa teniendo números insuficientes, especialmente
para el sector automotriz. De acuerdo a Auto Forecast Solutions, desde
inicios de 2022, alrededor de 1.25 millones de vehículos han dejado de
producirse mundialmente, más de 96 mil en la última semana y casi 100 mil por
semana desde inicio de año.
En Europa, debido a la combinación en el desabasto de
semiconductores y arneses (esto último debido al conflicto en Ucrania), un 80
por ciento de los vehículos de las armadoras europeas no han podido salir de
las fábricas, lo que hace que el mercado automotriz europeo se sostenga de
vehículos producidos en Asia y Norteamérica.
Como respuesta, los fabricantes alrededor del mundo han
tenido que recurrir (desde hace casi dos años) a priorizar la producción de
sus modelos más vendidos y remover características que utilicen microchips que
puedan priorizarse para tareas más esenciales en los vehículos.
La buena noticia, al menos en términos del abasto de
semiconductores es que las proyecciones esperan 2 millones de unidades no producidas
en 2022, por lo que restarían alrededor de 750 mil unidades por “perderse”,
mientras el suministro se reestablece poco a poco. En Norteamérica, 308,700
unidades han dejado de producirse en el 2022, pero en un giro inesperado, la
situación del conflicto armado en Europa está provocando, que aún con sus
riesgos, se transfiera capacidad de producción a la región, como es el caso
de las plantas de Volkswagen, que incrementarán su capacidad durante este año
en las plantas ubicadas en México y Estados Unidos, localizando inversiones
adicionales y capacidad de desarrollo tecnológico.
En resumen, ¿empeorará la crisis actual de cadena de
suministro global? Si algo nos han enseñado los dos últimos años es a no
hacer predicciones al aire, por lo que podemos afirmar que la crisis seguirá,
si esta decrecerá, o continuará debido a nuevas disrupciones inesperadas, no es
lo que debiera preocuparnos, sino deberíamos estar atentos a cómo hacer frente
a lo inesperado.
Fuentes: Auto Forecast Solutions, Wired, Reuters.