A pesar de la crisis generada por la pandemia, la manufactura en México creció 16.3% en 2021, y el país sigue ofreciendo ventajas competitivas en comparación con otros países.
México es uno de los principales hubs de manufactura a nivel mundial. Cabe señalar que el 27% del PIB proviene de manufactura avanzada, 90% de la industria manufacturera representa valor exportable, y genera 4.3 millones de empleos. Dada la relevancia de dicha industria, EY, firma líder en servicios profesionales de auditoría, impuestos, consultoría, estrategia y transacciones, de la mano de sus especialistas, ha realizado un minucioso análisis sobre las perspectivas, los retos y las oportunidades de la industria automotriz y de manufactura para lo que resta del año.
Como consecuencia del actual entorno de incertidumbre, las empresas manufactureras nacionales en México muestran una contracción en sus planes de inversión. No obstante, en 2021 la manufactura en el país creció aproximadamente 16.3% y continúa ofreciendo ventajas competitivas en comparación con otros países; por ejemplo, costos de producción y mano de obra competitivos, cercanía con Estados Unidos y Canadá, atractivos programas de exportación y el T-MEC. Cabe destacar, que las 6 entidades que contribuyen con mayor porcentaje del PIB de manufactura son Coahuila, Querétaro, Estado de México, Aguascalientes, Guanajuato, Puebla y San Luis Potosí.
También existen riesgos, como la alta dependencia de exportaciones con Estados Unidos, la falta de mano de obra calificada y la reducción de la demanda nacional. Al respecto, Francisco Bautista, Socio Líder de Manufactura Avanzada y Movilidad de EY Latinoamérica Norte, comentó “La inflación del 7%, sin duda representa un impacto en la oferta y la demanda en la industria automotriz, así como otras consecuencias como presiones en la cadena de suministro por escasez de microprocesadores. Por un lado, el impacto en la oferta se ve reflejado en el incremento en el costo de los insumos y mano de obra, escasez de insumos y aumento en los costos de transportación. Por el otro, el impacto en la demanda (ventas nacionales y exportaciones), se puede observar en el incremento del precio de los vehículos, aumento en las tasas de interés y créditos, así como cambios en las preferencias de los consumidores (vehículos híbridos y eléctricos)”.
La pandemia de COVID-19 provocó la escasez de semiconductores para la industria automotriz, lo que ha provocado limitaciones en la cadena de suministro, incluyendo la paralización de la producción. Dicha escasez tendrá consecuencias a corto, mediano y largo plazo para la industria; por ejemplo, en el corto plazo, los fabricantes de automóviles de todo el mundo han detenido o ralentizado temporalmente la producción de vehículos. En tanto, a mediano plazo, los operadores de la cadena de valor tendrán que emprender iniciativas para combatir el desequilibrio entre la oferta y la demanda. Finalmente, en el largo plazo, se deberá considerar un suministro alternativo para los requerimientos de semiconductores, ya que el desequilibrio entre la oferta y la demanda, aunado a la situación geopolítica, se convierte en una preocupación para los principales mercados.
Presión en insumos para la industria automotriz.
• Lithium - Ion: el incremento en la demanda de vehículos eléctricos continuará generando presión para incrementar la producción.
• Semiconductores: modelo just in time generó un gap en la producción. La industria terminal automotriz tendrá que reevaluar su modelo de compras, inventarios, supply chain y capacidades internas de producción.
• Acero: presiones por incrementar la producción y reducción de restricciones arancelarias continuarán siendo una prioridad. Las compañías productoras de acero buscan reducir emisiones de carbón.
• Aluminio: el precio del aluminio se encuentra a su máximo nivel en los últimos 10 años. La demanda y retos a las cadenas de suministro continuarán generando presiones a corto y mediano plazo.
Tendencias.
1. Automotriz: baja demanda, transformación digital y omnicanalidad enfocada a la experiencia digital.
2. Manufactura: modelos más resilientes en la cadena de suministro, manufactura sustentable, Industria 4.0 y falta de mano de obra.
3. Transportación: aversión al transporte público y aéreo, movilidad autónoma, impulso a los modelos de Mobility as a Service (MaaS) y caída en el gasto público.
4. Urbanización: retorno de las ciudades al campo por incremento del teletrabajo y retos en las ciudades por infraestructura, contaminación y caída de la inversión pública.
“La disrupción en los patrones de consumo y preferencias de los consumidores aunado a una caída en la inversión productiva privada y pública e incremento en el uso de la tecnología, marcarán las principales tendencias dentro de la industria automotriz este 2022”, concluyó Bautista.