Detroit, 23 de septiembre del 2021 (con información de
Reuters).- Las disrupciones en la cadena de suministro de la industria
automotriz no han cesado en todo el 2021, y no se irán de la noche a la mañana,
queda aún un tramo difícil por sortear para las empresas, principalmente por la
escasez de materias primas como algunos tipos de resinas plásticas y sobre todo
por la falta de semiconductores, lo que ha provocado paros constantes en plantas
ensambladoras de Norteamérica y las de sus proveedores.
En particular, calcular el daño que estas disrupciones podrían
representar ha sido complicado, pero una proyección reciente de Alixpartners en
Estados Unidos ha mostrado que las pérdidas para la industria podrían ascender
a 210 mil millones de dólares, casi el doble que lo proyectado a inicio del
año.
Los semiconductores son solo la punta del iceberg, con
precios altos y un suministro delicado de comodidades como acero y resinas
plásticas que están subiendo los costos y obligando a las plantas a
recortar su producción o pararla.
Se estima que el impacto en vehículos no fabricados durante
2021 debido a las disrupciones podría llegar a 7.7 millones de vehículos
globalmente. En mayo, esta predicción era de 3.9 millones de unidades.
Se espera que los inventarios de vehículos en
Norteamérica sigan escasos hasta mediados o finales de 2022, lo que podría
tener un impacto sin precedentes en las agencias de venta de automóviles en
toda la región.
Añadiendo presión al tema están los atascos en puertos de
los Estados Unidos que han detenido el flujo de resinas plásticas y aceros,
además de una baja en la producción de semiconductores en Malasia debido a
una nueva ola de Covid-19.