El otro día pude ver la exposición de mi colega y experta en la materia, Terry Onica en el seminario web acerca de cómo contrarrestar la crisis de desabasto de semiconductores y chips. Terry es directora de soluciones automotrices en QAD y es una de las nueve mujeres líderes destacadas que integran el grupo 2021 del Salón de la Fama de la Manufactura.
A principios de año la INA (Industria Nacional de Autopartes) habló de la crisis por la que pasaba el sector automotriz y notificó que las armadoras en Norteamérica dejarían de producir aproximadamente 768 mil vehículos al año. Las armadoras en Latinoamérica también debieron ajustar su producción. ¿El motivo? La crisis de los semiconductores.
No es la primera vez que la industria automotriz sufre una crisis por escasez de semiconductores, hace una década un terremoto y tsunami afectaron seriamente a Japón y los productores del sudeste asiático; por ende la producción de semiconductores se vio afectada. Ahora ha vuelto a suceder, las dos crisis tomaron por sorpresa a la cadena de suministro automotriz la pregunta es: ¿habrá una tercera? ¿Lo permitirán los empresarios automotrices?
Ciertamente, esas emergencias y otras nos han dejado lecciones valiosas, aunque en ocasiones también han sido dolorosas; sin embargo, es momento de ver hacia el futuro. Es posible prevenir ese tipo de crisis y muchas otras; las palabras clave que suelen estar detrás de las interrupciones de la cadena de suministro son visibilidad y análisis.
Ante la pandemia, hubo un cambio radical y repentino en la conducta de los consumidores, en paralelo se modificaron las entregas de materias primas, algunas incluso se cancelaron. La fluctuación de la demanda impactó a todos los proveedores especialmente a los de niveles inferiores. Hacer un ejercicio de observación nos ayuda a entender más claramente que salió mal en las cadenas de suministro automotrices ante esta y otras crisis, podemos apreciar problemáticas constantes:
La situación. Los proveedores no tienen visibilidad clara de sus inventarios, ante la fluctuación de la demanda hubo proveedores que no contaron con disponibilidad de materiales, y eso incluye los chips y semiconductores.
Ahora que hay competencia de otras industrias por los chips y semiconductores, los proveedores automotrices corren el riesgo de perder la batalla de las prioridades ante las empresas que fabrican productos de consumo masivo.
Los problemas. Muchos de los fabricantes continúan trabajando sus cadenas de suministro con procesos manuales y dependen de ellos para gestionar sus inventarios, reportes y previsiones. Carecen de visibilidad para analizar las situaciones y tomar decisiones que les lleven a una cultura de la antes de la resolución de problemas.
Uno de los grandes desafíos es la comprensión clara de los procesos que son más críticos y que soportan el rendimiento a lo largo de la cadena de suministro. Este es un tema crucial dado que los clientes actuales esperan la entrega de su vehículo nuevo más rápido y acorde a sus demandas.
Encontrar y retener de talento adecuado es otro problema a resolver, es esencial que la dirección vea la adquisición y capacitación de talentos como una inversión y aseguren políticas y beneficios atractivos para retenerlo.
Además, al tener procesos manuales la comunicación se vuelve lenta, hacer un verdadero análisis se dificulta, y como consecuencia la realidad al nivel de la dirección y la toma de decisiones corre el riesgo de ser inexacta.
La solución. Resolver estos problemas el primer paso es la creación de un plan y hoja de ruta enfocadas en el cliente y priorizando la automatización. Este es un enfoque estratégico crítico, y para empezar es fundamental analizar los procesos y cargas de trabajo uno por uno. Recomiendo ampliamente ver el webinar de Terry Onica, y realizar un diagnóstico sobre su situación de la cadena de suministro.
El segundo paso será comenzar el rediseño de los procesos prioritarios y la modernización de las aplicaciones relacionadas para llevar a la empresa a la adaptabilidad y la resiliencia. La empresa adaptable tiene la capacidad de hacer análisis avanzado, planear y modernizar, en una palabra, puede innovar.
Una vez mapeados los procesos, comienza la automatización y modernización, no solo de los procesos sino creando una nueva mentalidad enfocada en el crecimiento, la resiliencia y la adaptabilidad.