Por: Jair Pérez, CEO de Gesta Labs
Mail: jair@gestalabs.com
Hubo un tiempo en que los gerentes de TI y de Operaciones de
las empresas industriales podían pasar días sin verse, cada uno sumergido en
sus tareas y labores cotidianas. Era muy raro que ambos llegaran a involucrarse
en el mismo proyecto. Pero esos días ya no volverán.
Los proyectos de Industria 4.0, que explotan los datos
digitales de las empresas, necesitan que ambas áreas trabajen para generar los
casos de uso con mayor potencial económico para el negocio. Operaciones sabe
perfectamente los procesos y los problemas de manufactura y cadena de
suministro, mientras que TI es clave para implementar las mejores herramientas
tecnológicas y explotar los datos digitales del negocio.
Ahora debemos tener talleres de Design Thinking con un
psicólogo para que ambas áreas le cuenten sus penas, me comentó a modo de
chiste un directivo con el que platiqué hace unos días.
Los proyectos de innovación con Industria 4.0 exigen que
ambas áreas trabajen coordinadamente, y esto suele ser un reto porque
históricamente han tenido perspectivas y formas de trabajo distintas. Podríamos
decir que, incluso, vivían desconectados, pero cualquier estrategia de datos
necesita forzosamente la colaboración de ambas partes, porque no tiene caso
implementar tecnología sin haber definido el caso de uso correcto; de igual
forma, una operación sin la tecnología adecuada se vuelve obsoleta y se queda
rezagada. Pierde eficiencia.
¿Qué sucede cuando estas áreas trabajan por separado?
Simplemente, no pueden ejecutar ningún proyecto de Industria 4.0.
Operación es dueño de los procesos. Quienes pertenecen a esa
área saben qué le duele a la fabricación y, en consecuencia, son los únicos que
pueden determinar cuáles son los Indicadores Clave de Desempeño (KPIs) que
necesitan extraer y medir para construir ese caso de uso que impactará
positivamente al negocio. Desde luego, saben qué equipos y PLCs generan datos,
pero lo más probable es que desconozcan qué sucede con toda esa información: si
se almacena, dónde y quién puede acceder a ella.
TI, por su parte, es dueño de la tecnología. Ellos son los
que mejor conocen las necesidades de infraestructura de datos (OT/IT). Esta
área, por ejemplo, será clave cuando deba crearse una red industrial que dé
paso a la interconectividad de equipos, sistemas y el flujo correcto de datos.
Con el caso de uso correcto y la implementación de las
herramientas adecuadas —por ejemplo, desde la parte de sensores de IoT hasta
las herramientas Big Data y Cloud Computing— es posible digitalizar y extraer
los datos más importantes de cierto equipo o proceso para procesar esas enormes
cantidades de datos estructurados y no estructurados que son relevantes en la
operación. En esta etapa es posible extraer datos y generar KPIs clave para
evaluar el desempeño de las máquinas y los procesos.
Sonaba a chiste, pero para entender las necesidades de cada
área, con sus responsables, usuarios y procesos bien mapeados, es necesario
ejecutar talleres de Design Thinking para prototipar la mejor solución y, desde
luego, construir el caso de uso con un retorno de inversión (ROI) claro y
relevante.
He insistido en que vivimos tiempos que exigen nuevas
habilidades y formas de trabajar, así como dar pie a una nueva mentalidad y
liderazgo si buscamos una innovación incremental o disruptiva y ágil. El viaje
de Industria 4.0 incluye la transición por varias etapas, desde digitalizar
procesos hasta incorporar capas de inteligencia artificial para optimizar
procesos, reducir costos y generar mayores ganancias. Si queremos hacer que
suceda, más vale sentar a TI y Operaciones en el mismo salón y ponerlos a trabajar
juntos.