Por: Eugenio Riveroll, SVP para América Latina en QAD.
'Hoy en día hay que correr más rápido, sólo para mantenerse
en el mismo lugar', Kotler.
'No hay buenos y malos negocios sino buenos y malos
empresarios', Piazza.
'Para ganar un partido, lo más fácil sigue siendo tener la
pelota', Ferguson.
'El día que no sienta nervios al salir al escenario, me
retiro', Plácido Domingo.
… Y así podría seguir con frases del arte de dirigir, aunque
hoy comento acerca de la responsabilidad de hacerlo.
No generalizo, admiro la cantidad de empresarios y
directivos extraordinarios que tenemos en México; pero existen algunos que, con
todo y sus capacidades y logros, son los principales obstáculos para que sus
empresas avancen, se transformen y sean adaptables. Sin que sea su intención,
las dirigen al abismo.
Te comparto los puntos, que bajo mi opinión y con espíritu
constructivo, tienen áreas de mejora para los liderazgos:
1.- Plan estratégico. Pocas PYMES (y algunas que no
lo son), realizan este proceso con la seriedad requerida, tomando en cuenta
aspectos como la situación actual y futura de la industria a la que pertenecen,
la posición contra competidores a través de estudios profundos, conciliación de
recursos por iniciativa, análisis de disruptores y diferenciadores,
prioritización de iniciativas a corto, mediano y largo plazo y darlo a conocer
a toda la empresa, para que conozcan hacia dónde va la compañía y cómo su
trabajo está ayudando a llegar al objetivo. La visión a largo plazo que pudieran
ser 5 a 10 años normalmente se limita a una idea en 'la estratósfera', o como
decimos en México, un sueño guajiro.
2.- Resistencia al cambio. 'Así empezó mi abuelo y
así seguiremos porque nuestra empresa es especial'. Cada empresa tiene su sello
propio y sus diferenciadores, por supuesto habrá que conservar algunos, pero también
habrá que actualizarlos y generar otros nuevos conforme a la situación actual y
futura del entorno. Seguramente el 'exitoso abuelo' inició sin tanta
globalización, normatividad, ni tecnología. La mayor causa de la resistencia al
cambio no es el miedo (esa es la segunda), sino la falta de preparación y
actualización de los mismos directivos y su poca apertura a la
retroalimentación (interna y externa).
3.- Tecnología. La falta de interés y conocimiento de
cómo la tecnología debe ser contemplada para la definición de estrategias
empresariales y mejora de los procesos de negocio; ese es otro de los temas
comunes que el directivo elude analizar aún cuando son estratégicos: procesos internos,
KPIs, integración de información de las cadenas, reducción de riesgos, entre
otros. ¿Quién abriría una cuenta en un banco que no te permita hacer consultas
o movimientos por su web? Creo que nadie, pero cuando un directivo recibe una
propuesta relacionada con tecnología, le da la vuelta, 'veánlo con el gerente
de sistemas'.
4.- Visión. Lo mencioné en el primer punto y aquí lo
complemento con la negativa que algunos empresarios o directivos tienen al
pensar a mediano y largo plazo. ¡Pero de adeveras! Incluso he escuchado
varias veces frases como: 'ahí iremos viendo', 'las cosas se pueden acomodar' y
hasta la de 'Dios proveerá'.
5.- Actualización. Existen directivos en México que
no se mantienen actualizados, creen no es necesario, sin entender que la falta
de actualización les impide comprender el mundo actual; por supuesto la
experiencia es un gran activo, pero no lo es todo para ver hacia el futuro.
¿Planear con el retrovisor?
6.- Capacitación. Y ya que hablo de la actualización
del directivo, menciono que ellos son, en ocasiones, el principal obstáculo
para incentivarla en la organización. Aquel que considera que la capacitación
es cara, no ha probado el costo de la ignorancia.
7.- Proyectos de inversión. Pareciera que existen
proyectos de inversión que están supeditados únicamente a la aprobación del
dueño o directivo, más allá de la necesidad de la empresa; 'defienden' su
desconocimiento basándose en comparaciones de costos operativos sin considerar
las consecuencias estratégicas.
8.- Estructura organizacional. Otro punto de mejora.
El directivo o dueño define su estructura con lo que tiene en mente y no a la
luz de lo que los procesos requieren. Podría compartirles ejemplos como de
aquél que era el único que podía aprobar la salida de camiones a ruta por 'control'. La resistencia a delegar, que causa tremendos cuellos de botella. Y
otro ingrediente, el directivo no contrata al personal que requiere, sino al
más económico, 'está carísimo, no se necesita', no ve el costo oculto que su
decisión conlleva. La estructura y planes de contratación incluyendo la
compensación a empleados es definida sin considerar los requerimientos del
negocio y las condiciones del mercado.
Me ha tocado ver también, que ciertos dueños/directivos
conforman su equipo, pesando en ese estilo (por así llamarlo), de administrar
autoritariamente y basados en el 'miedo' en el que se aseguran, como me comentó
alguno de ellos, contar con 'focas' que aplaudan y no cuestionen (lamentable
declaración de aquella persona).
Incluyo en este apartado la falta de planes de sucesión para
garantizar la continuidad de la empresa.
9.- Contagio. Creo que éste debiera yo subrayarlo. La
actitud, criterio, estilo, pensamiento de los directivos, se permean hacia
aquellos ejecutivos que les reportan directamente, convirtiéndose en transmisores
del virus del buen liderazgo hacia otros niveles, lo que provoca una de las
mayores anclas para facilitar la adaptabilidad de la empresa.
Algunos de los hijos que llegan a sustituir al padre, ya
están contagiados, aún con sus amplios estudios, pero aprendieron lo que vieron.
10.- Empresas pobres, empresarios ricos. Seguramente
muchos han escuchado esta frase, tristemente existen algunos empresarios que
siguen pensando así, no les invento, lo he visto: adoptan esquemas de
subcontratación y simulación (el mal llamado outsourcing), tienen licencias de
software pirata y aunque no me lo crean siguen instalando 'diablitos' para
ahorrar en la luz. Y no digamos de aquellos que insisten en realizar 'ventas
por fuera', lo que además de su ilegalidad, ocasiona costos operativos elevados
para las empresas además de la dificultad para planear integral y formalmente.
Lo anterior pudiera parecerte negativo; sin embargo, no lo
es. Al contrario, en mi opinión es muy positivo porque tenemos el talento,
condiciones, materiales para avanzar, pero tenemos que prepararnos con
conciencia. Como decía Picasso: 'la inspiración existe, pero cuándo te llegue,
asegúrate de estar trabajando', a lo que respetuosamente agregaría: 'preparado
y trabajando'.
¡Vamos, México, por mejores liderazgos!